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Colombia: La ICEM condena asesinato de dirigente de la USO y de su esposa

23 enero, 2012

La ICEM ha respondido con ira e indignación por el reciente asesinato a sangre fría de un sindicalista en Colombia. Mauricio Redondo, de 36 años, y su esposa, Janeth Ordóñez Carlosama, fueron asesinados en su casa en la aldea de Teteyé, en el departamento sureño de Putumayo, el 17 de enero a las 19.30, por dos hombres armados.

Mauricio Redondo era un dirigente provincial de la Unión Sindical Obrera (USO), organización colombiana afiliada a la ICEM en Colombia, y tanto él como su esposa eran militantes de un grupo comunitario que aboga por mejores condiciones de trabajo, protección del medio ambiente y derechos laborales y humanos en el sector del petróleo y gas natural de la cuenca del Putumayo, que está en pleno auge, en el suroeste de Colombia.

De hecho, cuatro días antes de la matanza, en una reunión en el municipio de Orito, en un foro denominado Primer Foro Petrolero por el Derecho al Trabajo, la Reivindicación Social y Económica de Orito, el dirigente sindical Redondo fue uno de los representantes y voceros más activos en las preparaciones para iniciar las protestas públicas sobre estas reivindicaciones. Según las primeras informaciones, los dos hombres armados, que vestían uniformes de trabajo de la empresa petrolera contratista local de la Empresa de Energía del Bajo Putumayo, EEEP, hicieron varios disparos contra la pareja. Redondo y Ordóñez dejan a cinco hijos pequeños.

"Una vez más somos testigos del precio que en Colombia deben pagar los dirigentes sindicales activos cuando tratan de defender formas dignas de vida", dijo el Secretario General de la ICEM, Manfred Warda, quien se encontraba en Colombia cuando se produjeron los asesinatos.

"Junto con la USO, nosotros lamentamos la espantosa muerte de Mauricio Redondo y Janeth Ordóñez y hacemos un llamado a los equipos de las fiscalías federales y provinciales de Colombia para que no escatimen esfuerzos ni gastos para detener y llevar ante la justicia a los responsables."

Mauricio Redondo era empleado en P.E.I. Energy, empresa con sede en Medellín que se dedica a la explotación y perforación del petróleo y gas. Redondo era un dirigente del comité de la USO en Orito, organización sindical que cuenta con 220 miembros, donde el 40% son empleados de Ecopetrol y un 60% empleados de empresas contratistas de esa empresa estatal de energía.

El asesinato de esta pareja se produjo apenas algunos días después que otros tres dirigentes de la USO en Orito - Manuel Coronado, José Socimo Erazo y Julio Vargas – habían sido amenazados a través de llamadas hechas a sus teléfonos móviles. En esos mismos días, también se había registrado una amenaza de hacer volar con explosiones la oficina regional de la USO en Orito.

Alberto Vanegas, Director de Derechos Humanos de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), señaló que el peor aspecto de los atroces crímenes del 17 de enero es que "cinco niños han quedado huérfanos. Huérfanos y viudas en todo el país son producto de estos crímenes."