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Los sindicatos españoles a la cabeza de los trabajadores en la protesta contra la austeridad

19 septiembre, 2012La manifestación masiva de centenares de miles de personas el 15 de septiembre, en la que las secciones industriales de las federaciones sindicales de CC.OO y la UGT encabezaron a los trabajadores, denunció la “destrucción” de España con las medidas de austeridad del gobierno de Mariano Rajoy, que trata de recortar 102.000 millones de euros de gasto social hasta 2014.

El Partido Popular (PP) conservador de Rajoy está imponiendo recortes brutales, fundamentalmente en salud, educación y bienestar, al mismo tiempo que aumenta los impuestos y procede a un enorme rescate de los bancos españoles. Los manifestantes apelaron a “defender nuestro futuro” y solicitaron un referéndum para consultar a al pueblo español si deben continuar los recortes.

Un reciente recorte del Gobierno fue suprimir la paga de Navidad de los trabajadores del sector público, que representa el 7 por ciento del sueldo anual. La reforma laboral y la supresión de las horas extraordinarias pagadas son medidas que afectan también a los trabajadores, cuyas relaciones de trabajo están ahora debilitadas. Desde que el Partido Popular llegó al poder se han perdido en España cerca de un millón de empleos industriales.

Los trabajadores se congregaron en la Plaza de Cibeles el sábado por la mañana y marcharon hasta la Plaza de Colón, donde tiene su sede el Ministerio de Industria.

Tres afiliados de la IndustriALL Global Union se unieron a los miembros: la Federación de Industria de CC.OO, la Federación de Industria de la UGT y los Trabajadores Metalúrgicos de la UGT (MCA-UGT), junto con los Trabajadores de la Construcción de CC.OO.

Centenares de grupos sociales y políticos congregaron también a sus simpatizantes, y la manifestación se dividió en seis partes, cada una de un color diferente. Los trabajadores iban vestidos de rojo.

Las federaciones de CC.OO y de la UGT se comprometieron conjuntamente a continuar la movilización política contra los recortes en servicios y derechos sociales que provocan pérdidas de empleos y de productividad, como medio erróneo de luchar contra a crisis económica.

Lo que se pide al Gobierno es una verdadera política industrial que permita desarrollar la economía española mediante una industria fuerte, diversificada y competitiva que cree empleos de calidad.