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Rio Tinto dista mucho de contar con prácticas éticas responsables

8 enero, 2015Mientras se intensifica el debate sobre la conveniencia de reabrir la mina de cobre Panguna en Papua Nueva Guinea, que ha producido mucha controversia, las comunidades locales deberían imponerse de que el mal comportamiento empresarial de la multinacional minera Rio Tinto no es cosa del pasado.

En efecto, la devastación ambiental causada por la mina Panguna ha sido una de las quejas principales que han planteado las comunidades locales en contra de Bougainville Copper Limited (BCL), empresa minera de propiedad mayoritaria de Rio Tinto.

Las disputas sobre esta enorme mina, ubicada en la región autónoma de Bougainville, contribuyeron al inicio de la sangrienta guerra civil ocurrida en el país entre separatistas de Bougainville y Papua Nueva Guinea que duró nueve años, de 1989 a 1998.

Se acusa a Rio Tinto de que, en vez de mejorar sus prácticas, ha seguido dañando el medio ambiente, violando normas de salud y seguridad, y causando conflictos con los grupos indígenas.

Por ejemplo, los nómadas que viven en el Desierto de Gobi en Mongolia dicen que se han secado sus pozos después de que su fuente de escasa agua subterránea fuera desviada por la enorme mina de oro y cobre de Rio Tinto, Oyu Tolgoi, situada en ese país. La compañía había prometido conservar sin tocar la preciosa fuente de agua de los pastores de esa zona.

En diciembre del año pasado, la mina de uranio Ranger de Rio Tinto, situada en el parque nacional de Kakadu de Australia, dejó escapar 1,4 millones de litros de lodo radioactivo. Este incidente se produjo sólo una semana después de una fuga semejante en una mina de uranio de Río Tinto en Namibia. Según el informe de un experto independiente sobre la fuga en Ranger, el sistema de gestión corporativa y administración de la seguridad operativa no cumplían con las normas establecidas en el momento del derrame.

En Indonesia, no son mejores los antecedentes de Rio Tinto en cuanto al cuidado del medio ambiente. Es cuestión de ver la mina Grasberg donde Rio Tinto invirtió más de mil millones de dólares. En 2008, el fondo estatal de pensiones de Noruega vendió en su totalidad su participación de US$ 850 millones en Rio Tinto porque Grasberg descarga, directamente a un sistema fluvial natural, enormes cantidades de relaves (desechos, frecuentemente contaminados, de la extracción minera).

Esta enorme empresa minera en cuestión tampoco protege a sus trabajadores. El año pasado, 40 personas perecieron en operaciones de propiedad total o parcial de la empresa. Hace poco, los mineros de Grasberg amenazaron con declarar una huelga de un mes cuando la administración no hizo caso a su exigencia que la empresa se hiciera responsable de la muerte de cinco trabajadores en septiembre.

Rio Tinto, que tiene un valor de mercado de US$ 90 mil millones, recurre cada vez más al uso de trabajadores a contrata y subcontratados para reducir costos. En sus operaciones en Madagascar Minerals, a principios de 2014, había dos veces más trabajadores subcontratados que personal fijo. En la mina de Hail Creek en Queensland, Australia, Rio Tinto despidió en masa a los trabajadores a tiempo completo, pero mantuvo a los trabajadores temporales o subcontratados.

Es debido a este tipo de mala conducta corporativa que IndustriALL Global Union, que representa a 50 millones de trabajadores en más de 140 países, realiza una campaña permanente contra Rio Tinto, exigiendo que cumpla el cometido por el cual pretende ser una empresa sostenible.

Hace sólo un mes, miles de trabajadores de Rio Tinto participaron en una jornada mundial de resistencia, exigiendo que los lugares de trabajo sean más seguros, seguridad de empleo, y respeto a los derechos de los trabajadores.

Corresponde a los habitantes de Papua Nueva Guinea y Bougainville decidir si quieren permitir que vuelva Rio Tinto. Si deciden que Rio Tinto puede volver, IndustriALL trabajará con los sindicatos de la zona para procurar que los trabajadores tengan representación sindical y para luchar por la justicia en la mina.

Pero no nos dejemos engañar: Rio Tinto dista mucho de tener prácticas éticas responsables. No hay por qué suponer que la conducta de la empresa en Bougainville sea mejor hoy de lo que era en el pasado.