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Las mujeres en el trabajo: la diferencia de género no disminuye con suficiente rapidez

16 marzo, 2016La lectura de un estudio pionero publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la igualdad de género en el trabajo es decepcionante.

El Día Internacional de la Mujer es una jornada que debe celebrarse, porque el resultado de la lucha de generaciones de mujeres por los derechos y la igualdad es un progreso real. Pero, según el informe de la OIT, el avance de las mujeres se ha estancado y en algunos aspectos se ha retrocedido.

El informe representa un estudio fidedigno de las condiciones de trabajo de las mujeres en todo el mundo.

Analizando exhaustivamente grandes conjuntos de datos, el informe se centra en diferentes dimensiones de la disparidad de género en el trabajo, con inclusión del número de mujeres en el empleo, las mujeres en puestos calificados, los salarios de las mujeres en comparación con los de los hombres, la cantidad de horas trabajadas, las disposiciones sobre pensiones y las responsabilidad en la prestación de cuidados.

El panorama es complejo y difiere según la geografía, la educación, el nivel de calificaciones y otros factores. Sin embargo, en general, el panorama es preocupante.

En los últimos 20 años, la diferencia de género en general sólo ha disminuido en un 0,6%. A este ritmo, se tardará más de 70 años en llegar a la igualdad. La participación de las mujeres en el mercado laboral es un claro indicador del problema: sólo el 50% de las mujeres tienen un empleo remunerado, frente a 77% de los hombres.

A pesar de decenios de legislación sobre igualdad salarial, y de campañas y acciones legales de los sindicatos, las mujeres siguen ganando todavía únicamente el 77% de lo que ganan los hombres. La disparidad salarial ha disminuido solamente un 3% en 20 años. Las mujeres también trabajan más horas y realizan más trabajo no remunerado además de su empleo.

Es preocupante que, a pesar del enorme crecimiento que se ha producido en la educación de las mujeres en los últimos años, esto no se haya traducido en nuevos empleos calificados de las mujeres. Muchas de ellas siguen subempleadas, sus calificaciones no se valoran  ni se recompensan.

Y esto no es sólo malo para las mujeres, sino también para a sociedad y la economía, porque se pierden las contribuciones que podrían estar haciendo las mujeres.

La expansión de las políticas de austeridad en todo el mundo ha tenido un impacto desproporcionado sobre las mujeres, a las que se empuja cada vez hacia el trabajo precario, y a las que se impone mayor responsabilidad en el ámbito de la atención, al recortar los gobiernos el gasto social.

Interviniendo en la presentación del informe en Ginebra, el Día Internacional de la Mujer, Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), dijo:

“Hoy, en lugar de púrpura, llevo ropa roja sindical. Porque hoy marca el comienzo de una lucha sindical por la economía de la prestación de cuidados, el trabajo decente y las libertades que esto va a generar para las mujeres.”

Explicó que la falta de progreso en la disminución de la disparidad de género es algo “trágico”, pero que el movimiento sindical tiene una solución.

Refiriéndose a un informe sobre el Día de la Mujer relativo a la economía de la prestación de cuidados publicado por la CSI, dijo que si tan sólo siete países invirtieran el 2% del PIB en esa economía, se crearían 21 millones de empleos formales, se ayudaría al retorno de la economía al crecimiento y se reduciría la disparidad de género.

La secretaria general adjunta de la IndustriALL Monika Kemperle dijo:

“La falta de progreso que muestra el informe de la OIT es preocupante. Con los objetivos de desarrollo sostenible y el acuerdo de París sobre el clima, el mundo está trabajando para lograr objetivos muy ambiciosos de pobreza cero y emisiones de carbono cero. Y eso no lo podremos hacer sin las mujeres. Necesitamos igualdad, y también puntos de vista y valores de las mujeres como parte de la solución.”