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Lo que Shell oculta - Trabajadores subcontratados en el límite de la pobreza en Nigeria

5 diciembre, 2018Oscar Tamuno*, chofer de Plantgeria e importante contratista de Shell, no ha tenido aumento salarial en ocho años. Después de pagar impuestos, contribuciones de pensión y cuotas sindicales, se lleva a casa 94.000 nairas al mes (US$ 258) por trabajar 12 horas al día, seis días a la semana. Sin embargo, Oscar tiene mejor posición económica que muchos de sus compañeros de trabajo.* No es su verdadero nombre.

Los salarios miserables son el pan de cada día de miles de trabajadores y trabajadoras subcontratados en el sector del petróleo y gas de Nigeria. En septiembre de 2018, como parte de su campaña mundial para terminar con el trabajo precario en Shell, IndustriALL Global Union realizó una visita a Port Harcourt para reunirse con trabajadores/as subcontratados.

A pesar de haber cumplido 28 años trabajando en Shell en forma subcontratada, Oscar Tamuno ha tenido poca recompensa. Él, su esposa y cuatro hijos viven en una pequeña vivienda de una sola planta con dos habitaciones en la ciudad nigeriana de Port Harcourt. Por la parte de atrás hay un pequeño patio donde él y otras cuatro familias comparten servicios básicos de aseo y lavado. La comida se prepara en un horno al aire libre.

La campaña de IndustriALL sobre Shell se ha centrado en el problema del trabajo precario. IndustriALL también ha instado a Shell a participar en un diálogo mundial con IndustriALL y sus afiliados. El personal subcontratado en Shell es dos veces mayor en número que los trabajadores/as permanentes, sin embargo los subcontratados realizan los trabajos más peligrosos en esa empresa.

En mayo de 2018, sindicatos afiliados a IndustriALL, provenientes de cinco países, incluida Nigeria, presentaron sus quejas a Shell en la reunión general anual de la empresa en La Haya. Además, en la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT en Ginebra en junio, IndustriALL hizo hincapié en los problemas de represión antisindical y las violaciones de la libertad de sindicación del personal subcontratado por Shell en Nigeria. Sin embargo, Shell se ha negado repetidamente a entablar un diálogo significativo con IndustriALL para abordar estos asuntos de preocupación.

Afiliados de IndustriALL en el sector de petróleo y gas de Nigeria: 

el Sindicato Nacional de Trabajadores del Petróleo y Gas Natural (NUPENG), que representa a los obreros, y la Asociación de Personal Administrativo del Sector del Petróleo y Gas Natural de Nigeria (PENGASSAN), que representa a los trabajadores/as de oficina.

Shell en Nigeria 

La historia de la Shell en Nigeria está manchada por la corrupción, destrucción del medio ambiente y las atrocidades que se han cometido contra los derechos humanos. Es la compañía petrolera multinacional más grande del país, pionera en la exploración de petróleo en Nigeria en 1936, exportando petróleo por primera vez en 1958. Desde ese entonces, Nigeria se ha convertido en el mayor productor de crudo del África, con las compañías petroleras más grandes del mundo, incluyendo operaciones de Total, Eni y Chevron. 

Trece años después de haberse declarado la independencia de Nigeria del gobierno colonial británico en 1960, el gobierno nigeriano invirtió en las operaciones de Shell en el país. En 1979, se estableció la Shell Petroleum Development Company (SPDC), que actualmente es propiedad de la Nigerian National Petroleum Corporation, que tiene una participación del 55%; Shell tiene un 30%; Total un 10%; y Eni un 5%. Sin embargo, Shell sigue siendo el responsable de las operaciones.

Negocios de Shell en Nigeria:

  • Shell Petroleum Development Company of Nigeria (SPDC) 
  • Shell Nigeria Exploration and Production Company (SNEPCo) 
  • Shell Nigeria Gas (SNG) 
  • Nigeria Liquefied Natural Gas (NLNG)

En 1990, frustrado por la explotación de los recursos naturales y el daño ambiental por parte de las compañías petroleras, el Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP), encabezado por el activista y dramaturgo Ken Saro-Wiwa, exigió el fin de la contaminación del petróleo y una parte más justa de las ganancias del sector. A pesar de que se extrae petróleo de sus tierras en el Delta del Níger desde 1958, el pueblo Ogoni no había recibido ningún beneficio.

En enero de 1993, MOSOP movilizó a unas 300.000 personas para protestar contra la contaminación y contra Shell, que era la mayor empresa encargada de operaciones en Ogonilandia. Resultado de esto, intervino el ejército de Nigeria. Saro-Wiwa y otros ocho activistas del MOSOP fueron ahorcados en 1995 por el gobierno militar de Sani-Abacha, causando indignación a nivel internacional. El Centro de Derechos Constitucionales de EE.UU. demandó a Shell Royal Dutch Petroleum por su complicidad en la represión que se ejerció contra el pueblo Ogoni y en la ejecución de los nueve activistas de Ogoni. En 2006, en vísperas del juicio, Shell llegó a un acuerdo extrajudicial, lo que resultó en el pago de US$ 15,5 millones al pueblo de Ogoni.

Aunque Shell se fue de Ogonilandia en 1993, se mantuvo su gran red de oleoductos en el Delta del Níger. En 2008 y 2009, la comunidad de Bodo en Ogonilandia sufrió las consecuencias de dos enormes derrames de petróleo de sus oleoductos que causaron daños catastróficos al medio ambiente y devastaron los medios de subsistencia de la comunidad, que dependía en gran medida de la pesca y agricultura.

En 2015, Shell aceptó responsabilidad por los derrames de Bodo, que la ONU calificó como un “desastre ecológico”. La empresa acordó pagar US$ 83 millones por las operaciones de limpieza. Se cree que la limpieza del medio ambiente contaminado demorará varias décadas.

Actualmente, se han intensificado las sublevaciones en la región, debido a los altos niveles de pobreza, el desempleo y el hecho de que los ingresos del petróleo no han beneficiado en absoluto a la población local. Abundan los ataques de militantes, derrames de petróleo y sabotaje contra Shell. En 2017, la SPDC reportó pérdidas de petróleo de 9.000 barriles por día (bpd) debido al robo, con un costo de unos US$ 180 millones al año. Esto constituyó un aumento de las pérdidas, que fueron de 6.000 bpd en 2016. 

US$ 4 mil millones: monto obtenido de la producción de petróleo y gas por Shell en Nigeria en 2017. Fuente: Reuters

A medida que la compañía busca reducir su dependencia del crudo, al tratar de cumplir objetivos respecto a emisiones de gases de efecto invernadero, Shell va centrando su atención en las enormes reservas de gas sin explotar que existen en Nigeria. Shell considera que el gas constituye una alternativa más ecológica que puede reemplazar el petróleo. 

Trabajo precario

Williams Akporeha, Presidente del NUPENG, califica Nigeria como la “casa matriz del trabajo precario”. Con el paso del tiempo, Shell ha externalizado a casi toda su fuerza de trabajo, que recibe bajos salarios, beneficios mínimos y no tiene ninguna seguridad laboral. Este predominio de trabajadores/as subcontratados no es característica exclusivamente de Shell, pero es un indicio de la situación que existe en la mayoría, si no en todas, las compañías petroleras internacionales que operan en Nigeria.

Reunión con los trabajadores/as SUBCONTRATADOS en Shell

NUPENG se ofreció como guía para la delegación de IndustriALL en una visita a la estación Umuebulu de bombeo y procesamiento del petróleo, propiedad de Shell en Etche, en las afueras de Port Harcourt. Los trabajadores/as subcontratados, que llevaban uniformes de Shell, contaban sus anécdotas con entusiasmo. Muchos dijeron que trabajan bajo un contrato comunitario, que es un contrato organizado entre una compañía petrolera y el líder de la comunidad local, en este caso, el rey o jefe local. Los trabajadores/as con un contrato de este tipo parecían sufrir las peores condiciones. Tras la muerte del rey, y luego de su hijo, los trabajadores/as dijeron que no les pagaron durante varios meses. A pesar de que Shell intervino para cubrir algunas de las pérdidas salariales, muchos trabajadores/as dijeron que todavía había salarios sin pagar.

Un trabajador con contrato comunitario que labora en la planta manifestó a la delegación:

“El contratista por quien trabajo no paga cuando debe. No me han pagado desde hace seis meses. Mi salario es de sólo 50.000 nairas (US$ 137) al mes. Al regresar a casa tengo que rogar a mi vecino que me dé comida. Durante seis meses mis hijos no pueden ir a la escuela. Llevo 11 años trabajando en Shell pero no tengo alfombra en mi casa. No tengo radio en mi casa.

“Si te atreves a denunciarlo, te despiden. Al día siguiente, la Shell se comunica con el contratista en cuestión, te despiden y contratan a otra persona. Eso es lo que enfrentamos en estas operaciones de Shell”.

“Nuestro salario en Plantgeria es de aproximadamente 95.000”, dijo otro trabajador subcontratado que labora en Shell. “Con ese sueldo no puedes hacer nada en Nigeria actualmente. No puedes pagar las cuotas escolares de tus hijos. No se puede comer bien. No puedes hacer nada para mejorar tu situación. Hacemos los trabajos sucios. Trabajamos como elefante y comemos como hormiga”. 

Todos los trabajadores y trabajadoras se refirieron a los contratistas como los encargados de pagar sus sueldos. Consideran que trabajan en Shell, ya que tienen que rendir cuentas directamente a la administración de Shell. Dijeron que la Shell determina lo que los contratistas pagan. Sin embargo, la Shell no ha prestado atención a las solicitudes de mejores salarios de los trabajadores/as:

“Si pides un aumento de sueldo, llaman a la policía para sacarte del edificio. Y hasta allí llega tu trabajo. No te permiten entrar nuevamente a la planta a menos que firmes un documento que diga que no te vas a afiliar a un sindicato y no vas a solicitar un aumento salarial”, señaló un trabajador.

Shell sostiene que no es económicamente viable otorgar empleos permanentes a los trabajadores/as subcontratados, ya que no se necesitan todo el tiempo. Sin embargo, esto contradice lo que los trabajadores/as le dijeron a IndustriALL:

“Nos siguen clasificando como personal ad hoc, pero hemos estado trabajando ininterrumpidamente durante hasta 20 años, recibiendo menos de US$ 150 al mes”, lamentó un trabajador. “Tengo una carta que dice que no tengo derecho a ningún beneficio. En los últimos dos meses, nos reunimos para afiliarnos al NUPENG. Ahora, si nos amenazan, simplemente diremos “despídenos entonces”.

Los trabajadores y trabajadoras dijeron que inicialmente se les otorga un contrato por dos años, pero después de eso, el contratista seguirá alargándolo por tres o seis meses, durante años. “Es por eso que tenemos salarios estancados. No hay variación en la extensión del contrato. A veces incluso reducen el sueldo”, dijo un trabajador.

Las perspectivas para los trabajadores/as subcontratados en Shell son cero: “No nos ofrecen ascensos. Desde hace 10 años estamos en el mismo escalafón salarial. Hemos presionado para obtener un aumento de sueldo, pero no nos lo han concedido.”

Vassey Lartson, que trabaja como técnico de laboratorio para Shell en Houston, EE. UU., se incorporó a la delegación en su visita a Nigeria como miembro de los United Steelworkers, organización afiliada a IndustriALL. Quedó horrorizado al ver las condiciones de vida de los trabajadores/as en Nigeria. “Me da vergüenza saber que trabajamos con el mismo logo de Shell en la espalda. No debería existir ese nivel de disparidad entre aquellos trabajadores y yo. Me siento ofendido al ver que mis compañeros y compañeras sufran de explotación de esta manera. Si una empresa es global, ¿por qué no puede comportarse y pagar de manera global?

Hay un marcado contraste con los trabajadores extranjeros en Shell, que pueden ganar hasta US$ 20.000 al mes. En Nigeria, los trabajadores de oficina de Shell perciben unos US$ 2.000 al mes. Shell tiene un complejo de alta seguridad de 224 hectáreas en Port Harcourt, donde viven y hacen vida social los familiares del personal local y extranjero de Shell.

Atención médica inadecuada

Muchos trabajadores/as subcontratados se quejaron de que su proveedor de seguro de salud, la Organización de Mantenimiento de la Salud (HMO, por sus siglas en inglés), es inadecuado: 

“Estamos expuestos a peligros de todo tipo. Trabajamos sobre el terreno. Ni siquiera nos va bien en cuanto a nuestra HMO. Trabajamos sólo para morir. Cuando estamos enfermos y vamos a la clínica, no es bueno el tratamiento porque el dinero que (el contratista) da a las HMO es demasiado poco, por lo tanto no recibimos el tratamiento que corresponde. No hacen más que entregarte unas pastillas. Luego, el médico dirá que no se puede hacer más que eso debido al nivel de financiamiento que corresponde a cada trabajador. Entonces, usas tu escaso sueldo para pagar más”.

Un trabajador, que tiene cuatro hijos, dijo que le conceden, como máximo, solamente 40.000 nairas (US$ 100) al año para su familia. Algunos trabajadores/as dijeron que no tenían ningún seguro de salud, según el contrato que tengan.

La delegación visitó a los hijos del difunto Sr. Kalu Ngozi, electricista subcontratado que había trabajado en Shell durante más de 20 años. El señor Ngozi había muerto hacía tres días, dejando huérfanos a sus cuatro hijos. Su madre murió hace dos años, y otro hermano falleció dos meses atrás. Ahora sus hijos, de 12 a 22 años, viven solos en una vivienda de una sola habitación en un barrio pobre de Port Harcourt. El Sr. Ngozi, quien sufría de una úlcera estomacal, no podía pagar la atención médica que necesitaba, y el hospital dijo que el tifus contribuyó a su muerte.

Situación de mucho peligro

A lo largo de los años ha aumentado el nivel de violencia en Port Harcourt y el Delta del Níger, registrándose frecuentemente secuestros y robos a mano armada. “Uno de nuestros colegas, un conductor, fue asesinado recientemente en el sitio del yacimiento. Al final, Shell no hizo nada. Lo máximo que hace es pedir un minuto de silencio. Nadie se preocupa por ti y tu familia. Si algo te pasara ahora, (Shell) no reconocería ninguna responsabilidad: eso, diría, le corresponde al contratista”.

Los trabajadores y trabajadoras también revelaron que en el campo petrolífero enfrentan peligros tales como productos químicos, contaminación por carbono, militancia y serpientes.

Los trabajadores/as también dijeron que consideran que carecen de los equipos necesarios para manejar situaciones peligrosas: “Shell es buena en cuanto a documentación sobre salud y seguridad, pero no cuando se trata de la implementación. Te envían a cursos de capacitación, diciendo “esto es lo que debes hacer”, pero a veces al llegar al campo encuentras que no existe el equipo necesario”.

Recientemente, un chofer que trabajaba a subcontratado en Shell fue muerto a tiros durante un intento de secuestro de un extranjero en la zona de Umuebulu, lo que causó inmenso sufrimiento para su familia.

Por su parte, Diana Junquera Curiel, Directora de Energía de IndustriALL, afirmó:

“Nuestra visita a Nigeria nos ha permitido ver y escuchar directamente cómo los trabajadores y trabajadoras subcontratados están sufriendo en Shell. Vamos a enfrentar a Shell con nuestras evidencias. Obligaremos a la empresa a rendir cuentas. Shell dice que quiere asumir responsabilidad por los trabajadores y trabajadoras en su cadena de suministro. Puede comenzar aquí mismo, en Nigeria”.

Aplicación de acuerdos marco globales para elevar las normas de conducta

Aunque Shell se niega a participar en un diálogo mundial con los sindicatos, la gran empresa energética francesa Total cuenta con un acuerdo marco global con IndustriALL desde 2015. Este acuerdo ha ayudado a resolver problemas de salud y seguridad en Nigeria, habiendo podido conectar a los trabajadores/as en el terreno con la administración mundial en París. A consecuencia del acuerdo, Total también exige a todos sus contratistas cumplir con las normas internacionales sobre derechos laborales. Además, IndustriALL también tiene un acuerdo marco global con la empresa italiana Eni, que igualmente opera en Nigeria.

Quema de gases residuales y sus consecuencias para los trabajadores y trabajadoras

Las llamaradas son producto de la quema de gas natural que sale a la superficie durante la extracción del crudo. Según la Asociación GGFR (Reducción Mundial de la Quema de Gas), las compañías petroleras de Nigeria, especialmente en el Delta del Níger, no están haciendo lo suficiente para captar el gas que se filtra al medioambiente, que es uno de los principales factores que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo. Es más barato quemar el gas que buscar maneras costosas de captarlo.

Las cifras más recientes que ha proporcionado el gobierno muestran que si bien la quema de gas ha bajado de dos mil millones de pies cúbicos por día hace 10 años, todavía se mantiene en 700 millones de pies cúbicos por día, lo suficiente para producir 3.000 megavatios de energía. La reducción señalada no ayuda a los trabajadores/as y comunidades que siguen gravemente afectados por la quema de gas.

Según se ha informado en los medios de comunicación de Nigeria, los aldeanos de una comunidad Polaku en el estado de Bayelsa, que viven cerca de las instalaciones de recolección de gas Intergared Gbarian/Ubie de la SPDC, dicen que no pueden dormir por la noche y que sus hogares se están desmoronando debido a las vibraciones causadas por la quema de gas. Esta quema causa lluvia ácida que contamina los cultivos y el agua, y los aldeanos dicen que sus hijos se están enfermando. Dicen que la quema se realiza en horas de la noche para evitar protestas públicas.

Esto se parece a la experiencia de los trabajadores/as con quienes IndustriALL se reunió en Etche: 

“Hay quema de gas a montones. Si estacionas un vehículo blanco durante la noche, amanece cubierto de crudo amarillo y hollín. Cuando te despiertas tu nariz está tapada con hollín. Afecta tus ojos también”.

Las instalaciones de Etche que visitó IndustriALL están a un paso de muchas escuelas de la zona. “Lo que está pasando aquí afecta a todo el mundo. Shell nos pide reducir el tiempo de funcionamiento de nuestros motores, ¡pero la empresa está contaminando todo el planeta!”, afirmó un trabajador.