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140 millones de trabajadores en Latinoamérica ven amenazados sus medios de subsistencia

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12 mayo, 2020La Organización internacional del trabajo (OIT) alertó que cerca de 140 millones de personas, casi la mitad de la fuerza laboral de América Latina y el Caribe, se encuentran en riesgo de perder sus medios de subsistencia debido a las restricciones a la actividad económica por la pandemia del COVID-19.

El informe de la OIT asegura que el panorama para América Latina y el Caribe es sombrío y desafiante, principalmente para los trabajadores informales, quienes serán los más afectados por la crisis sanitaria.

Explica que las personas que trabajan en condiciones de informalidad ven reducidos sus ingresos hasta en un 81%, con un riesgo de perder sus medios de subsistencia, es decir, las capacidades, los bienes, los ingresos y las actividades necesarios para asegurar que se cubran sus necesidades vitales.

Esto se debe principalmente a que se perdió el 10,5% de las horas de trabajo en la región desde que inició la pandemia, lo que equivale a entre 25 y 31 millones de empleos a tiempo completo. El documento asegura que estas repercusiones sobre los trabajadores informales evidenciaron los problemas de inestabilidad laboral, bajos ingresos, precariedad, y escasa o nula protección que enfrentan.

En tanto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó un informe donde asegura que la pandemia del COVID-19 llevará a la mayor contracción de la actividad económica en la historia de la región: el PIB caerá -5,3% en 2020.

También anticipan un importante deterioro de los indicadores laborales en 2020. El número de desempleados de la región aumentaría a 37,7 millones. La caída del PIB y el aumento del desempleo también tendrían un efecto negativo directo sobre los ingresos de los hogares y su posibilidad de contar con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas. En ese contexto, 29 millones de personas estarán en situación de pobreza y 16 millones de personas en la pobreza extrema.

Además, el documento señala que la desigualdad de género se acentuará con medidas como el cierre de las escuelas, el aislamiento social y el aumento de personas enfermas, porque aumentará la sobrecarga de trabajo no remunerado de las mujeres. Por otro lado, la crisis provocará en el mediano plazo cambios estructurales en la organización productiva, el comercio internacional y el actual modelo de globalización.

Tanto la OIT como CEPAL aseguran que es recomendable la implementación de medidas de protección social para apoyar a la población más vulnerable, contener así el riesgo de colapso socioeconómico y prevenir los rebotes de la pandemia cuando haya una reactivación de la economía.

A su vez, recomiendan que los países promuevan el diálogo social tripartito para que las medidas tengan viabilidad y sostenibilidad política. Consideran urgente acceder a recursos financieros con base en un apoyo de los organismos financieros multilaterales y promover políticas industriales que permitan a la región tanto fortalecer sus capacidades productivas, como generar nuevas capacidades en sectores estratégicos para alcanzar un desarrollo con igualdad y sostenibilidad ambiental.

Por su parte, el secretario regional de IndustriALL, Marino Vani, expresó:

“Como trabajadores y sindicatos debemos organizar a la clase trabajadora, principalmente a los excluidos del sistema. Tenemos que construir una agenda social y de desarrollo sostenible contundente, que atienda de inmediato y no sea únicamente paliativa. Hay que apoyar un nuevo rol e intervención del estado.

Es necesario articular a la sociedad civil y a los gobiernos progresistas para que, como dice la canciller alemana Ángela Merkel, el gran capital redistribuya hacia el bien colectivo, el regreso nos incluya a todos/as y el desarrollo sea sostenible.”