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Cómo Next abandona a sus trabajadores

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24 junio, 2025Next está demostrando su incapacidad para cumplir sus compromisos fundamentales en materia de derechos laborales. Desde negarse a firmar un convenio histórico para mejorar los salarios en Camboya, pasando por abandonar a los trabajadores de Sri Lanka por mensaje de texto, hasta seguir operando en Myanmar a pesar de los evidentes riesgos de violaciones graves de los derechos humanos por parte de la junta militar, Next antepone sistemáticamente las ganancias a las personas. Incluso en el Reino Unido, se niega a pagar un salario digno a los trabajadores y trabajadoras de ventas, ya que, según el director general, no son el “sustento de sus familias”.

El año pasado, fabricantes, marcas y sindicatos de Camboya acordaron los primeros convenios colectivos respaldados por la cadena de suministro (iniciativa ACT for Cambodia). Conjuntamente, desarrollaron un marco de relaciones laborales para la cadena de suministro con el fin de mejorar los salarios, fortalecer las relaciones laborales y fomentar una industria estable y competitiva. Mientras que marcas británicas como Asos, Tesco, New Look y Primark firmaron este convenio jurídicamente vinculante, Next, que es miembro de la ACT, se ha negado a hacerlo a pesar de los pedidos de los trabajadores camboyanos y sus sindicatos.

Al no firmar, Next optó por privar a estos trabajadores de más de 50 fábricas proveedoras, en su mayoría mujeres, de salarios dignos y mejores prestaciones. La empresa también se niega a comprometerse a pagar un salario digno a sus 40.000 empleados de ventas al por menor en el Reino Unido. El director general de Next, Lord Simon Wolfson, afirmó en la reunión general anual de la empresa del 15 de mayo que la “composición demográfica” de su personal, en su mayoría mujeres y jóvenes, hacía que sus empleos fueran solo “ingresos complementarios”, ya que estas personas no eran el sustento de sus familias.

El último informe de responsabilidad empresarial de Next sostiene que “proteger la seguridad, los derechos humanos y el bienestar de los trabajadores de nuestra cadena de suministro es fundamental”. Sin embargo, las acciones de la empresa en Myanmar, Camboya y Sri Lanka demuestran que está fallando gravemente a los miles de trabajadores y trabajadoras de su cadena de suministro.

En mayo de este año, Next cerró una fábrica en una zona franca de Sri Lanka, una filial de su propiedad exclusiva, lo que pone de manifiesto la total falta de respeto de la empresa hacia sus empleados. Más de 1400 personas fueron informadas de su despido mediante un mensaje de texto y se les impidió el acceso a su lugar de trabajo. La mayoría de ellas, algunas de las cuales llevaban más de tres décadas en la empresa, fueron despedidas sin ninguna negociación con su sindicato, FTZ.

En noviembre de 2024, IndustriALL presentó una queja ante la OCDE contra Next por su decisión de seguir abasteciéndose en Myanmar, a pesar de que una comisión de investigación de la OIT había constatado la existencia de trabajo forzoso y violaciones de la libertad sindical en el país, así como violaciones documentadas en las fábricas proveedoras de Next. El caso está siendo examinado actualmente por el PNC del Reino Unido. 
El 5 de junio, la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT votó a favor de invocar el artículo 33 de su Constitución. El artículo 33 es la sanción más grave de la OIT y solo se ha invocado tres veces en toda la historia de la organización.

La resolución del artículo 33 insta a los representantes de los empleadores, los gobiernos y los trabajadores a que colaboren para “desactivar todos los medios que hayan inducido o potenciado la perpetuación de las violaciones atroces antes mencionadas” mediante el cese de los flujos financieros, las relaciones comerciales, la imposición de sanciones y otros medios. Existe un consenso mundial sobre la gravedad de la situación en Myanmar y la necesidad de una acción coordinada para aislar al régimen financiera y políticamente.

Atle Høie, el secretario general de IndustriALL, expresó:

“Las acciones de Next para eludir sus obligaciones en materia de normas internacionales del trabajo y de diligencia debida en Sri Lanka, Myanmar y Camboya convierten sus informes sobre responsabilidad social empresarial en una mera farsa. Participar en las negociaciones de la ACT durante ocho años para finalmente rechazar las responsabilidades que ello conlleva es inaceptable”.

Fotografía: Fábrica textil y de prendas de vestir de Myanmar, marzo de 2018