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El acuerdo Mercosur-UE contribuye a mayor desigualdad, desindustrialización y economías vulnerables

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21 junio, 2021Un reciente estudio asegura que el acuerdo MERCOSUR-Unión Europea (UE) puede contribuir al estancamiento salarial, a una mayor desigualdad y a la desindustrialización prematura, entre otros resultados adversos.

El documento elaborado por el Centro de Política Global del Desarrollo de la Universidad de Boston explica que, debido a los cambios críticos tanto en la UE como en el MERCOSUR, el acuerdo entre ambos bloques puede confinar a muchos países a condiciones de subordinación tecnológica e industrial, con consecuencias en términos de desigualdad, crecimiento y desarrollo.

Explica que el acuerdo puede conducir a la expansión de los sectores estancados, de baja productividad y bajos salarios, a expensas de sectores más dinámicos. Esto reforzaría los factores que impulsan la desigualdad y el estancamiento económico. Aunque puede ocurrir tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados, es más probable que ocurran en los países en desarrollo.

Por ejemplo, prevé que tanto Argentina como Brasil exporten más carne vacuna, productos lácteos y otros productos primarios menos sofisticados. Señala que es probable que el acuerdo los aleje del crecimiento y el desarrollo sostenible, y aproxime sus economías en desarrollo a la desindustrialización.

Los autores del documento explican que las características tecnológicas y estructurales de los países que integran el acuerdo desempeñan un papel importante al determinar quién gana y pierde a largo plazo. Los países que no avanzaron en la manufactura de alta productividad y sectores conexos suelen salir perdiendo.

En el documento concluyen que una mayor liberalización del comercio a partir del acuerdo puede ser un paso hacia economías menos productivas, más desiguales y vulnerables. Dará lugar a problemas de empleo precario, pérdida de puestos de trabajo (especialmente en el sector informal) y desigualdad salarial. Lo importante sería implementar políticas industriales y macroeconómicas adecuadas para la inversión y el apoyo a la demanda interna.  

Por su parte, la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS) y la Confederación Europea de Sindicatos (CES) emitieron este año una declaración conjunta donde nuevamente rechazaron el acuerdo por considerar que no otorga ningún papel a los sindicatos para monitorear y garantizar el respeto de los compromisos con las normas laborales internacionales.

Además, aseguran que no considera las sensibilidades y asimetrías de las dos partes. En particular, señalan que el acuerdo amenaza con socavar las industrias nacionales en los países del Mercosur y al sector agrícola en la UE, y que no contribuye a un desarrollo sostenible ni equilibrado de todos los países. Por eso, piden la reapertura de las negociaciones para construir modelos de desarrollo sustentables, más equilibrados económicamente, con mayor cohesión y justicia social.

Finalmente, el secretario regional de IndustriALL, Marino Vani, expresó:

“Como trabajadores nos preocupa la grave crisis económica y política instalada desde 2015 en nuestra región, la cual se profundizó con la pandemia y los cambios estructurales. Al igual que hace más de dos décadas,  rechazamos la firma del acuerdo porque los gobiernos del Mercosur carecen de políticas y propuestas concretas para el desarrollo industrial.

Junto a nuestras afiliadas buscamos un diálogo con empresarios para defender la industria regional y promover la industrialización. Rechazamos las salidas individuales, la ruptura y firma de acuerdos sin la participación de los trabajadores y empresarios de nuestra región.”