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Glencore enfrenta un escrutinio mundial por fallas en materia de ESG

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3 junio, 2025El 28 de mayo, una delegación compuesta por representantes sindicales, ONG, líderes indígenas y miembros de las comunidades afectadas de Colombia, Canadá, Sudáfrica y Suiza se congregó en la Reunión General Anual (RGA) de Glencore en Zug, Suiza. El grupo presentó una demanda unificada: Glencore debe subsanar sus deficiencias persistentes en materia ambiental, social y de gobernanza (ESG) y comprometerse a entablar un verdadero diálogo social a escala mundial.

La delegación denunció la negativa de la empresa a negociar con los trabajadores y trabajadoras una transición justa y equitativa, así como su continua aversión a un diálogo sectorial que garantice los derechos laborales durante la transición energética.

Durante la RGA, IndustriALL y sus afiliados interpelaron a la junta directiva de Glencore sobre una serie de cuestiones urgentes 

Canadá: la delegación cuestionó por qué se había excluido del contrato colectivo de la fundición Horne una cláusula sobre Transición Justa y diálogo social. Pidieron a la empresa que entablara un diálogo directo con los representantes de los trabajadores y se comprometiera a negociar soluciones que protegieran los puestos de trabajo y las comunidades.

Colombia: Glencore ha anunciado sus planes de cerrar la mina Cerrejón en La Guajira para 2034 y recientemente ha confirmado importantes recortes en la producción. La falta de transparencia en torno al proceso de cierre, especialmente a la luz de la muy criticada gestión de la empresa en el cierre de Prodeco, ha intensificado el miedo y la incertidumbre entre el personal y las comunidades locales. Mucha gente sigue lidiando con las consecuencias de ese cierre anterior. En la RGA, Glencore declaró que no tenía ningún plan oficial de cierre que comunicar sobre Cerrejón.

“Instamos a la empresa a que publique el documento oficial de cierre de la mina, para que sus trabajadores y trabajadoras, el Gobierno nacional y las comunidades afectadas puedan prepararse y planificar una Transición Justa. Esta petición no es un llamado a un cierre anticipado, sino más bien un pedido de preparación, coordinación y equidad”,

expresó Juan Carlos Solano Guillén, secretario de transición de Sintracarbón.

Sintracarbón también instó a Glencore a que apoyara programas de reconversión profesional y de empleo alternativo para los extrabajadores de La Jagua, en la zona de Prodeco, que sigue abandonada tras la retirada de la empresa.

A pesar de los crecientes riesgos materiales asociados a sus operaciones, Glencore se ha negado a participar en la Iniciativa para el Aseguramiento de la Minería Responsable (IRMA), una norma reconocida a nivel mundial en materia de prácticas mineras responsables.

Aunque el director ejecutivo de Glencore, Gary Nagle, insistió en que la salud y la seguridad siguen siendo la máxima prioridad de la empresa, la delegación y los líderes comunitarios rechazaron estas afirmaciones. Argumentaron que la retórica debe ir acompañada de acciones concretas. Desde el cierre de fundiciones hasta el daño ambiental, las operaciones de Glencore siguen perjudicando a los trabajadores y las comunidades, sin que haya pruebas de que se rindan cuentas o se repare el daño causado.

“Instamos a Glencore a que participe en un diálogo social global, se comprometa con las normas de minería responsable y garantice que la transición hacia una economía baja en carbono no se produzca a expensas de los derechos y los medios de vida de los trabajadores y trabajadoras. Hasta que Glencore actúe, la campaña mundial por la justicia, la transparencia y una Transición Justa seguirá creciendo en fuerza y urgencia”, 

declaró Glen Mpufane, director de minería de IndustriALL. 

En una reunión de la red de Glencore, celebrada un día antes de la RGA, los sindicatos afiliados describieron un patrón constante de conducta indebida. En Australia, Glencore está superando los límites legales de emisiones y ha llevado a sus trabajadores a los tribunales en un intento por bloquear la campaña “mismo trabajo, mismo salario”, en lugar de abordar la desigualdad salarial. 

En Sudáfrica, Glencore ha cerrado fundiciones sin previo aviso ni planificación, dejando a sus trabajadores en la calle y a las comunidades devastadas.

“¿Pueden vender las fundiciones a otras empresas? ¿Es esto algo que Glencore puede investigar?”

preguntó Donald Makofane, secretario regional de la juventud del Sindicato Nacional de Mineros (NUM). 

En Canadá, la contaminación procedente de la fundición de Rouyn-Noranda sigue amenazando la salud pública, con emisiones de arsénico treinta veces superiores al límite provincial. 

“Queremos mantener los empleos, pero no a expensas de nuestra salud”, 

expresó Kevin Gagnon, de la Fédération de l'Industrie Manufacturière (FIM-CSN). 

“Glencore no puede seguir ignorando sus responsabilidades mientras las comunidades sufren las consecuencias. Hemos hecho campaña durante años y no vamos a ir a ninguna parte. No nos callarán”, 

afirmó Kemal Özkan, secretario general adjunto de IndustriALL.