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PERFIL: Arriesga su vida por defender a los trabajadores

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3 diciembre, 2014La abogada mexicana defensora de los derechos humanos, Alejandra Ancheita, ha enfrentado una fiera campaña de calumnias contra su persona, y amenazas de muerte por defender los derechos de los trabajadores, comunidades indígenas y migrantes.

PROFILE

PAIS : México

TEXTO: Leonie Guguen

Como fundadora y directora ejecutiva de la organización mexicana de los derechos humanos ProDESC (Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales), Ancheita ha trabajado incansablemente con el fin de lograr justicia para los trabajadores mineros y comunidades rurales cuyos derechos se ven amenazados por las empresas multinacionales.

El 7 de octubre, en reconocimiento de su valentía, en Ginebra, Suiza, se le concedió a Ancheita el prestigioso Premio Martin Ennals. Muchas veces llamado el premio Nobel de los derechos humanos, se otorga a personas que han demostrado un profundo compromiso con su causa a pesar del gran peligro personal a que están expuestas. Este galardón internacional está diseñado no sólo para resaltar su obra, sino también para protección de los ganadores a través de una mayor publicidad.

Al recibir el galardón, Ancheita señaló:

Es un gran honor, no sólo por el reconocimiento de mi trabajo y la labor de mi organización, sino también por el reconocimiento de las condiciones peligrosas que enfrentan los defensores de los derechos humanos en México

En campañas de sindicalización, Ancheita y ProDESC han colaborado estrechamente tanto con IndustriALL Global Union y sus afiliados de México y de los EE.UU., Los Mineros, y el sindicato United Steelworkers (USW). Ella también ha trabajado con nuestro afiliado estadounidense AFL-CIO en defensa de los trabajadores migrantes.

Sin embargo, su compromiso le ha costado caro. Así, Ancheita se vio sujeta a enormes presiones e intimidación durante sus campañas a favor de los trabajadores contra el grupo minero canadiense Excellon Resources, y también en favor de los propietarios de tierras comunales y las comunidades indígenas que reclamaban sus derechos a la multinacional española, Renovalia Energy.

En los últimos dos años, Ancheita y sus colegas han estado bajo vigilancia domiciliaria y en sus oficinas, y cuando visitaban las comunidades y a los trabajadores. Las oficinas de ProDESC fueron allanadas y Ancheita fue objeto de una campaña de desprestigio personal en los medios de comunicación nacionales; un periódico importante la calificó como “la abogada del diablo”.

“Primero empezaron a difamar el trabajo de ProDESC como organización de los derechos humanos, diciendo que no hacíamos más que manipular a los trabajadores y las comunidades. Luego me atacaron a nivel personal”, dice Ancheita. “Desde luego, la finalidad de esa intimidación y difamación es tratar de crear un clima de opinión pública en la que, si algo me pasa, la conclusión general será que yo me lo estaba buscando.”

Las defensoras de los derechos humanos en México enfrentan una situación especialmente difícil, dice Ancheita, por cuanto ellas cuestionan las percepciones tradicionales del papel de la mujer en la sociedad.

El padre de Ancheita era abogado igualmente dedicado a la defensa de los más vulnerables. Después de recibir numerosas amenazas de muerte, murió en circunstancias misteriosas el día en que ella cumplía ocho años.

“Soy de una familia comprometida con la justicia social”, dice Ancheita. “Me criaron con dos principios muy importantes. Uno fue el principio de buscar la dignidad, no sólo en mí, sino también en los que me rodean. El otro fue el principio de la igualdad. Suena fácil, pero el ejercicio de la dignidad y la igualdad en una sociedad como México siempre será difícil”.

Ancheita también atribuye al movimiento revolucionario zapatista el haber influido en su decisión de convertirse en una abogada defensora de los derechos humanos. El levantamiento indígena coincidió con el inicio de sus estudios universitarios en 1994. Ella califica el activismo estudiantil de apoyo al movimiento como una voz de alerta sobre maneras de usar la ley para empoderar a los sectores marginados de la sociedad.

Los derechos laborales son derechos humanos

Como abogada, Ancheita cree que la lucha por los derechos de los trabajadores es una manera clave de promover los derechos humanos.

“La posibilidad de mejorar los derechos laborales es una oportunidad para optimizar la democratización de todas las sociedades del mundo”, afirma. “Tradicionalmente, los defensores de los derechos humanos sólo trabajan en el campo de los derechos civiles y políticos, sin embargo la libertad de sindicación y la negociación colectiva son parte de los derechos económicos, sociales y culturales de toda sociedad.”

También hizo hincapié en lo siguiente: “La organización de un sindicato es una oportunidad para contar con el poder colectivo necesario para exigir al gobierno y a las empresas, de manera respetuosa y pacífica, mejores condiciones laborales y de vida.”

Sin embargo, Ancheita señala que la falta de sindicatos independientes en México constituye un problema importante. Ella culpa a los sindicatos “oficiales” (sindicatos con contratos de protección patronal), que trabajan en alianza con el gobierno y las empresas, para crear obstáculos que impidan el ejercicio de verdadera libertad de sindicación para los trabajadores de ese país.

“La mayoría de los trabajadores no cuenta con un sindicato fuerte que defienda sus derechos. Por este motivo, decidimos trabajar para lograr libertad de sindicación y el derecho a la negociación colectiva... Por ejemplo, las condiciones de salud y seguridad están directamente relacionadas con la capacidad de elegir un sindicato que luche por sus derechos y realice negociaciones con la empresa para lograr mejores condiciones de trabajo.”

Triunfo para los trabajadores mineros

Se destaca en forma especial el éxito que ha tenido ProDESC en su labor para ayudar a sindicalizar a los trabajadores en la empresa minera canadiense Goldcorp en el estado de Guerrero. Después de la realización de talleres para ayudar a los empleados a identificar sus derechos, los trabajadores decidieron sindicalizarse, afiliándose al sindicato democrático nacional del sector, Los Mineros. ProDESC ayudó a los trabajadores en las negociaciones para establecer su convenio colectivo, que es ahora uno de los más avanzados en la industria minera mexicana.

En especial, se debe destacar el hecho de que ProDESC también logró la sindicalización de las mujeres que trabajan en la limpieza de las oficinas de Goldcorp en Guerrero, que originalmente no habían sido consideradas como trabajadoras de la minería.

“Creamos este vínculo para que, en circunstancias en que los mineros se declararon en huelga, fueran también las mujeres a la huelga junto a ellos. De esta manera los mineros consideran a las trabajadoras de la limpieza parte de la misma industria y también se incluyen en el convenio colectivo. Éste es un avance importante”.

ProDESC pudo aumentar al máximo la presión contra la posición patronal de Goldcorp gracias a las alianzas que estableció con el USW en Canadá, donde la compañía tiene su sede, y donde emplea a miembros del USW.

La corrupción es endémica

Si bien es cierto que México cuenta con una legislación laboral avanzada, ya que la libertad de sindicación es un derecho constitucional, ante el desmoronamiento de la justicia, Ancheita culpa la corrupción endémica y la impunidad que existe en el sistema jurídico mexicano.

“El gobierno tiene la obligación de proteger a los defensores de los derechos humanos. Si no hace nada para prevenir este tipo de campañas de difamación y también de intimidación que enfrentamos, el gobierno es responsable, no necesariamente por lo que ha hecho, sino por lo que no ha hecho.

“Los sindicalistas democráticos están siempre bajo presión”, agregó. “Tenemos el ejemplo de los dirigentes del sindicato de electricistas y del sindicato minero nacional: ambos sindicatos son objeto de presión del gobierno. A nivel local, los trabajadores que tratan de sindicalizar a sus colegas también están bajo enorme presión por parte del gobierno local y del gobierno federal”.

Ancheita explica que las personas que exigen que las empresas transnacionales rindan cuentas son frecuentemente objeto de ataques. Dice que la intimidación es “de todos los días” en México.