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Refinería Lindsey: comienzan los despidos a pesar de ofertas que podrían salvar la planta

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1 octubre, 2025El anuncio de 125 despidos en la refinería de petróleo Lindsey supone un giro devastador en la lucha por salvar una de las últimas refinerías que quedan en el Reino Unido. El sindicato Unite the Union condenó al Gobierno por su negativa a intervenir a pesar de las ofertas viables que permitirían mantener la refinería en funcionamiento, lo que permitiría proteger tanto los puestos de trabajo como la seguridad energética del país.

Se anuncian despidos a pesar de las ofertas en curso

El 29 de septiembre, la administradora concursal FTI Consulting, que gestiona Lindsey, emitió notificaciones de despido a 125 trabajadores. Unite reveló que se han presentado al menos dos ofertas para comprar y gestionar la planta con toda la plantilla, pero que estas están siendo ignoradas. El sindicato cree que lo que se prefiere es cerrar Lindsey y convertirla en una terminal de almacenamiento para petroleros.

Según Unite, esta medida destruiría puestos de trabajo, devastaría la economía regional y debilitaría la seguridad energética del Reino Unido. La refinería emplea directamente a 420 personas y da trabajo a 500 contratistas, además de generar miles de puestos de trabajo en la cadena de suministro.

La secretaria general de Unite, Sharon Graham, expresó:

“El Gobierno ha hecho oídos sordos a la difícil situación de los trabajadores y trabajadoras de la segunda refinería de petróleo que podría cerrar en menos de un año. Esto ridiculiza sus promesas de proteger a los trabajadores y su plan para alcanzar las cero emisiones netas. El Gobierno había prometido garantizar que las ofertas centradas en los puestos de trabajo serían la prioridad en Lindsey. Sin embargo, incluso antes de considerarlas, ya se están emitiendo notificaciones de despido. A menos que el Partido Laborista comience a respaldar a los trabajadores y a la industria británica, seguirá perdiendo apoyo”.

Una comunidad desmantelada

Para los trabajadores y trabajadoras de North Lincolnshire, los despidos no son solo números, son vidas destruidas.

“Se trata de miles de familias y de toda una comunidad que está viendo cómo desaparece el sustento de sus hogares”,

declaró Jamie Dalgetty, coordinador de Unite en Lindsey. 

“El Gobierno debe tomar una decisión: proteger a los acreedores o proteger los empleos. Estamos luchando por lo segundo”.

Reunión del NORTCC en Londres, septiembre de 2025

Los delegados que asistieron a la reunión del Comité Nacional de Refinerías y Terminales Petroleras (NORTCC) de Unite, celebrada en Londres los días 23 y 24 de septiembre, describieron el cierre como caótico e inseguro. Se han disuelto equipos de seguridad, se han cerrado plantas clave sin un proceso de desmantelamiento adecuado y se ha descuidado el mantenimiento. Advirtieron que la planta está funcionando “muy por debajo de los niveles mínimos de seguridad” y expresaron su temor de que se produzca un accidente grave.

Se ha despedido sin indemnización a trabajadores con más de 25 años de servicio. Se ha despedido al personal técnico con menos de una semana de antelación. Familias enteras se encuentran ahora enfrentándose al desempleo, el estrés y la incertidumbre.

Repercusiones políticas

El NORTCC de Unite le escribió a la secretaria general del sindicato, Sharon Graham, pidiéndole que exija la renuncia del secretario de Energía, Ed Miliband, y del ministro de Energía, Michael Shanks, y que considere la posibilidad de desvincular a Unite del Partido Laborista.

Al mismo tiempo, una delegación de Unite se encuentra en la conferencia del Partido Laborista en Liverpool, en la que está presionando para que el Gobierno tome medidas urgentes para detener los despidos y garantizar una solución justa.

Cliff Bowen, miembro del Consejo Ejecutivo de Unite para los sectores químico, farmacéutico, de procesos y textil, afirmó:

“La exportación de puestos de trabajo y competencias mediante el intento de descarbonizar a través de la desindustrialización y la destrucción del futuro de los jóvenes de clase trabajadora y sus comunidades, al tiempo que se traslada la producción al extranjero, nunca ha sido la transición energética que este país necesita. Basta con preguntar a la clase trabajadora de Grangemouth, a los miles de personas que han perdido sus empleos en el Mar del Norte o a nuestros afiliados de la refinería de petróleo Lindsey, que están luchando por sus empleos y sus comunidades. Los trabajadores y trabajadoras se niegan a que se repita la transición injusta que devastó Grangemouth. El tipo de transición que se está llevando a cabo, impulsada por un Gobierno sordo a las necesidades de la gente, no es la que queremos. Tiene que acabar, y mi sindicato y nuestros afiliados no la van a tolerar más”.

Seguridad energética en riesgo

Lindsey no solo es vital por su impacto en el empleo, sino también por la seguridad energética nacional. Antes de su cierre, la refinería abastecía alrededor del 25 % del mercado de diésel del Reino Unido. Sin ella, el país depende cada vez más de las importaciones, especialmente de Turquía y la India, donde gran parte del diésel se produce a partir de crudo ruso.

Convertir Lindsey en una terminal de almacenamiento puede satisfacer a los acreedores, entre ellos la autoridad fiscal británica (HMRC) y la petrolera Glencore, pero dejaría a Gran Bretaña peligrosamente expuesta a las fluctuaciones del mercado mundial y al aumento de los precios en las gasolineras. Con el apoyo gubernamental adecuado, sostiene Unite, Lindsey podría seguir siendo una refinería en funcionamiento, lo que preservaría tanto los puestos de trabajo como la seguridad del suministro de combustible.

Una tendencia europea

El caso de Lindsey forma parte de una tendencia más amplia en toda Europa: la desindustrialización disfrazada de descarbonización. Desde Grangemouth hasta el Mar del Norte y desde Alemania hasta Italia, se están cerrando plantas sin planificar el futuro de los trabajadores ni invertir en alternativas. Las promesas de nuevos empleos verdes siguen, en gran medida, incumplidas, mientras que las comunidades quedan devastadas.

En la reunión del NORTCC, los aportes de otros países reforzaron esta perspectiva. Mike Smith, del sindicato United Steelworkers, describió la misma tendencia en Estados Unidos y advirtió que las transiciones se están produciendo cada vez más “sin los trabajadores”, lo que lleva a los sindicatos a exigir que las refinerías pasen al sector público para proteger los puestos de trabajo y la estabilidad energética.

 “Un caso de prueba para Europa”

IndustriALL Global Union se ha comprometido a apoyar plenamente a Unite y a sus afiliados, y ha recalcado que Lindsey es un caso de prueba para Europa.

“Lo que está sucediendo en Lindsey es un caso de prueba. Si los gobiernos permiten que las empresas quiebren sin planificar el futuro en materia de empleo, competencias o seguridad, nos encaminamos hacia una transición que dejará de lado a los trabajadores y trabajadoras. IndustriALL apoya a Unite y a todos nuestros afiliados en el Reino Unido. Movilizaremos la solidaridad internacional para defender los puestos de trabajo y exigir que las transiciones de la industria se planifiquen, sean justas y negociadas, no caóticas e impuestas”,

afirmó Diana Junquera Curiel, directora de energía de IndustriALL.

Una lucha por el futuro

Unite e IndustriALL exigen:

  • La intervención inmediata del Gobierno para frenar los despidos y el desmantelamiento de la planta.
  • Un organismo tripartito que reúna a los trabajadores, el Gobierno y los inversionistas.
  • Un plan de Transición Justa que garantice la capacitación, empleos alternativos y la seguridad de la planta.
  • La participación sindical en todas las decisiones sobre el futuro de Lindsey.

Los despidos anunciados esta semana no son el fin de la historia. Para Unite, Lindsey es un campo de batalla, no solo para defender miles de puestos de trabajo en North Lincolnshire, sino también para poner al descubierto los peligros de una transición energética impulsada por la lógica del mercado y la negligencia política.

El resultado afectará a más que una refinería: determinará si los trabajadores y trabajadoras tienen futuro en la transición energética del Reino Unido o si las comunidades seguirán pagando el precio de una transición sin justicia.

FOTO: IMMINGHAM, REINO UNIDO, 30 DE JUNIO DE 2025, Imágenes tomadas por un dron de la refinería de petróleo PRAX Lindsey que muestran oficinas, tanques de almacenamiento, chimeneas y antorchas. ID de la imagen: 2647850779