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Sindicatos de Irak y Jordania en proceso de alcanzar sueldos dignos

2 septiembre, 2016Del 29 al 30 de agosto, sindicatos afiliados de Jordania e Irak se reunieron en Amman con el fin de determinar la mejor manera de abordar y buscar solución al problema de los bajos salarios en sus respectivos sectores.

El reto del aumento de los salarios afecta a diversos sectores industriales de Jordania e Irak. En Jordania, los precios han aumentado considerablemente, pero los salarios no han avanzado al mismo ritmo. Un comité salarial tripartito establece el salario mínimo a nivel nacional, pero el Rey debe tomar la decisión final.

Los salarios más bajos son los que perciben los trabajadores/as del sector textil y de la confección, en tanto la fuerza de trabajo en industrias como la potasa, fosfatos y cemento percibe un sueldo mayor. Para alcanzar mejores sueldos, ante la falta de un plan adecuado por parte del gobierno para hacer frente a la situación económica, los sindicatos deberán entablar conversaciones con el gobierno para establecer una política laboral e industrial más sostenible.

En Irak, el salario mínimo es fijado por el gobierno. No hay negociación colectiva en el sector público, que cubre a más del 75% de los trabajadores/as. En el sector privado, el salario mínimo es de US$ 200 mensuales y es determinado por una comisión tripartita. El cumplimiento es un problema significativo; se han dado muchas manifestaciones por falta de pago de los salarios.

La industria del petróleo es muy rentable, sin embargo a los trabajadores/as petroleros de Irak se les paga menos que a sus contrapartes en los países vecinos, y los salarios no son proporcionales a los riesgos que corre la mano de obra. Un 85% de los ingresos de Irak proviene del petróleo. Al igual que en Jordania, es necesario contar con una política industrial más sostenible para procurar que los trabajadores/as perciban los beneficios correspondientes por la producción de su país.

Los afiliados intercambiaron ideas sobre las estrategias que podrían adoptar para desarrollar un contexto más favorable para los aumentos salariales. Los trabajadores/as de la confección en Jordania han dado un paso significativo, al establecer negociación colectiva a nivel sectorial que abarca a 62.000 trabajadores/as de los cuales 45.500 son migrantes.

Se firmó el primer convenio en abril de 2013, después de 12 meses de negociaciones. Este acuerdo ofreció beneficios inmediatos, incluyendo reducción de los conflictos y mayor cumplimiento. En 2012 se realizaron 42 huelgas en el sector, pero en los 12 meses después de la firma del acuerdo, el número de huelgas se redujo a 12. Además, el acuerdo proporciona un conjunto estandarizado de condiciones que sirve de modelo para que todas las partes – el gobierno, los sindicatos y los compradores – puedan evaluar su cumplimiento.

Además, el acuerdo es una herramienta ejemplar para que se aplique el acuerdo ACT entre IndustriALL y las marcas mundiales de prendas de vestir, ya que demuestra que en este sector la negociación a nivel sectorial es factible y beneficiosa.

En Jordania, el acuerdo abarca a unos 60.000 trabajadores/as, de los cuales un 70% son migrantes y un 70% son mujeres; también cubre todas las empresas del sector de la confección para exportación. En 2015, el acuerdo fue renovado después de 6 meses de consultas con los trabajadores/as en las fábricas para que pudieran aportar a las negociaciones, que en esta ocasión demoraron 4 meses.

En el sector de la minería en Jordania, debido al poder de la fuerza sindical, los afiliados aplican una estrategia diferente, que les permite realizar negociaciones a nivel de empresa, utilizando cada convenio como palanca para el siguiente.

En Jordania, la estrategia sindical respecto a los sueldos incluye capacitación de los trabajadores/as para obtener su apoyo, desarrollar la fuerza sindical, y ofrecer conocimientos de la situación económica del país; se usan los medios de comunicación para fomentar el apoyo, lo cual a la vez empodera a los sindicatos ante los empleadores y el gobierno.

En Irak, donde son los políticos quienes controlan la toma de decisiones sobre los salarios, los sindicatos están trabajando intensivamente para que los trabajadores/as sean atendidos entre muchos otros grupos de interés. Esto implica participar en grupos de presión y una estrategia en los medios de comunicación para influir en el proceso político, así como trabajar con los miembros y dirigentes sindicales, mejorando la comprensión de sus derechos.