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Blog sobre la COP25 - 11 de diciembre de 2019

12 diciembre, 2019Brian Kohler informa desde la COP25

Hoy estalló la indignación: los observadores de la sociedad civil, incluidos los sindicatos, se unieron en una protesta fuera de la sesión plenaria que se llevó a cabo durante la tarde. La incapacidad de esta COP para resolver problemas aparentemente simples fue lo que provocó el malestar de los manifestantes. Algunos de los problemas que deben solucionarse son el financiamiento (incluido el financiamiento por pérdidas y daños debidos al cambio climático), los compromisos con Contribuciones Determinadas a nivel Nacional nuevas y ambiciosas y con una Transición Justa incorporada a estas, y el fracaso continuo para establecer un conjunto de normas justas y transparentes para el intercambio de emisiones que considere los derechos humanos y no cree un gran agujero en el Acuerdo de París.

A medida que avanza la segunda semana el espacio para la participación de la sociedad civil se ha reducido y eso también contribuye a la disconformidad.

Todos parecen estar de acuerdo en que se necesitan medidas urgentes, pero no veo que eso se traduzca en la resolución de los problemas pendientes de esta COP25. Aquí en Madrid se siente profundamente que falta de algo, ¿liderazgo?, ¿valor?, ¿energía? O al menos eso parece. Los líderes políticos aún tienen tiempo de demostrar que me equivoco y concluir las sesiones cerradas con una respuesta viable a estas interrogantes.

En la reunión sindical que se llevó a cabo durante la mañana, además de la ronda habitual de informes, se habló sobre la necesidad de una Transición Justa para los agricultores. Aunque la agricultura no es el área de interés de IndustriALL, al menos no directamente, vale la pena prestar atención a este sector tan importante. Se está reemplazando a los pequeños agricultores por las megacorporaciones agrícolas. Un par de empresas de gran tamaño controlan la gran mayoría de las semillas. Muchas prácticas no sostenibles están cada vez más extendidas. Alrededor del cuarenta por ciento de los pequeños agricultores son mujeres. El acaparamiento ilegal de tierras se está convirtiendo en una práctica cada vez más habitual. El cambio climático ya está afectando a los agricultores, pero su resistencia a cambiar sus prácticas se debe en parte a la economía, en parte a que sienten temor y en parte al malestar que les provoca sentirse víctimas de un chivo expiatorio por parte de la sociedad. También se debe tener en cuenta que una gran hambruna podría ser el desencadenante final del colapso económico y político, y crear millones de refugiados climáticos. Al igual que en los sectores industriales que representamos, se necesita una política agrícola sostenible en todos los países, y se debe implementar un programa de Transición Justa para los agricultores, sus familias y las comunidades que dependen de ellos.