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El asesinato revela el sexismo rampante en las minas sudafricanas

12 diciembre, 2014Un veredicto de dos sentencias de cadena perpetua dictadas el 27 de noviembre de 2014 casi tres años después de la violación y el asesinato bajo tierra de Pinky Mosaine en la mina Khomanani de Anglo Platinum es sólo una victoria parcial, ya que las mujeres siguen sufriendo sistemáticamente la violencia, la explotación y el abuso en las minas sudafricanas.

Mosaine tenía 27 años y llevaba empleada en la mina tres meses cuando, el 6 de febrero de 2012, trabajando sola en una zona aislada, fue brutalmente atacada. Fue encontrada con vida por otra colega algo más tarde, según se informa, en medio de un charco de sangre con un condón tirado cerca. Murió poco después.

El portavoz nacional en funciones de la NUM, Livhuwani Mammburu, dijo:

“Como mujer vulnerable y como minera, arriesgó su vida por mantener a su familia y afrontó todo tipo de riesgos de seguridad bajo tierra. Para el NUM y sus miembros era difícil soportar la noticia de su imprevisible y brutal asesinato. Esperamos que desde su trágica muerte Anglo American Platinum haya tomado medidas para mejorar la seguridad de las mujeres que trabajan bajo tierra a fin de no disuadir a las mujeres de buscar trabajo subterráneo.”

Poco después de la muerte de Mosaine, el portavoz de la Cámara de Minas, Jabu Maphalala, habría dicho: “La Cámara se ocupa de cuestiones de seguridad como caídas de rocas, polvo y ruido, pero no de problemas de seguridad propios del género.”

Esto es inaceptable, dado que en la Carta de Minería se dice que la mujer debe constituir el 13 por ciento de la fuerza de trabajo de las empresas mineras, pese a lo cual la mayoría de las minas no han hecho suficientes esfuerzos para dar cabida e integrar a las trabajadoras que emplean y abordar la cuestión de su seguridad.

Anglo Platinum ha guardado silencio sobre el veredicto. La empresa se comprometió a realizar su propia investigación, pero sus conclusiones no se han puesto a disposición, y no se sabe si está haciendo algo para mejorar la seguridad de las mujeres que trabajan en sus minas. Se ha informado de que en aquellos momentos había en la mina 3.815 trabajadores, de los cuales 262 eran mujeres.

Mosaine no ha sido la única víctima de la violencia de género en las minas sudafricanas que ha tenido un desenlace fatal. Cynthia Setuke fue atacada y asesinada el 9 de octubre de 2013 en el pozo Kwezi de la mina de platino Aquarius en Rustenburg. Su hermana Ceciliah Setuke vincula la falta de actuación tras el asesinato de Mosaine con el ataque de su hermana y pregunta cuántos asesinatos harán falta  para que se aborden las condiciones de trabajo de las mujeres bajo tierra.

Setuke dice:

“Cynthia era miembro de la National Union of Mineworkers. A mi entender, los sindicatos han luchado para que las mujeres tengan también igualdad en las esferas en las que anteriormente predominaban los hombres. Efectivamente, todos estábamos contentos de que las mujeres pudieran trabajar en las minas subterráneas, pero ¿no abre esto realmente las puertas a nuevos abusos y humillación de las mujeres? ¿Es esto por lo que ha luchado el sindicato? Yo creo que las mujeres han de poder trabajar en todas partes sin ningún temor.”

La NUM acogió con satisfacción la sentencia definitiva del macabro asesinato de Pinky Mosiane y dijo que con la sentencia se cerraría este doloroso capítulo para su familia, sus parientes y sus amigos. Sanki Molefe, minera y presidenta de la Estructura de las Mujeres de la NUM en Rustenburg, dijo: "La sentencia no puede devolver la vida a Pinky Mosiane. Pero estamos contentos de que finalmente se haya hecho justicia.”

Y agregó:

“Tras el asesinato de Pinky, el Departamento de Recursos Minerales ha publicado una directiva en la que se declara que las mujeres no deben trabajar solas en una zona subterránea aislada, pero cuando otra mujer fue asesinada en Aquarius, la mina alegó que desconocía este hecho. La directiva tiene que aplicarse en todas las minas y se tienen que poner en práctica medidas para garantizar la seguridad de las trabajadoras bajo tierra.”

La justicia en el caso de Mosaine fue demasiado lenta para salvar a otra víctima. A pesar de un limitado número de sospechosos, limitado a los que se estaban bajo tierra cuando se produjo el ataque a Mosaine, se tardó 20 meses en dar con Tutu Rooi Oliphant, un trabajador subcontratado en Anglo Platinum. Al ser inculpado, Oliphant estaba en la cárcel cumpliendo una condena de 25 años por haber violado a un niño de 5 años, en un ataque perpetrado después de violar y asesinar a Mosaine.