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Los trabajadores y trabajadoras de GSK construyen su primera red sindical mundial

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11 diciembre, 2025El 9 y 10 de diciembre, por primera vez en la historia de GSK, una importante farmacéutica británica, los sindicatos de todas las operaciones globales de la empresa se reunieron en París para sentar las bases de una red mundial de trabajadores unidos. Celebrada en la sede de la FCE-CFDT en Francia, la reunión marcó un punto de inflexión, fruto de la creciente reestructuración en todos los continentes, la presión cada vez mayor sobre los trabajadores y la clara necesidad de un marco de relaciones laborales global más sólido y coordinado en GSK.

“Esta reunión muestra lo que es posible cuando los trabajadores y trabajadoras se niegan a permanecer aislados”,

 expresó Tom Grinter, el director del sector de IndustriALL, al abrir la sesión.

“La dirección actúa globalmente, por lo que los trabajadores también deben organizarse a nivel mundial. Hoy comenzamos a construir la estructura que permitirá que todos los trabajadores y trabajadoras de GSK, independientemente de su país, sean escuchados”.

El presidente del Comité de Empresa Europeo (CEE), Denis Suire, se hizo eco de este mensaje y destacó que los sindicatos llevan mucho tiempo luchando por conectarse más allá de Europa:

“Durante años, hemos sabido que había problemas en Pakistán, en Asia y en América Latina, pero no teníamos un espacio oficial para abordarlos. Hoy es el comienzo de algo nuevo, una familia global de sindicatos de GSK que se mantendrá unida”.

¿Por qué ahora? Una empresa transformada por los cambios

Los participantes comenzaron la reunión examinando el panorama global: la plantilla de GSK se ha reducido en todas las regiones y funciones, incluso a pesar del aumento de los beneficios. El Reino Unido, Bélgica, Italia y Estados Unidos se han visto afectados por una importante reestructuración, con cambios en la producción, la transformación digital, la externalización y la difusión de nuevos modelos operativos que han sometido a los trabajadores y trabajadoras a una intensa presión. Con solo el 32 % de la plantilla cubierta por convenios colectivos y una representación sindical desigual a nivel mundial, la necesidad de una coordinación internacional más sólida se ha vuelto urgente.

En este contexto, los sindicatos coincidieron en que una estructura global ya no es opcional, sino necesaria.

Un mapa global de la realidad de los trabajadores y trabajadoras

El eje central de la reunión fue el intercambio de información actualizada entre sindicatos de todo el mundo, lo que reveló tanto puntos en común como retos locales específicos.

Europa: fortaleza, reestructuración y necesidad de coherencia

En el Reino Unido, los sindicatos describieron un panorama industrial marcado por la austeridad, la inestabilidad política y las presiones posteriores al Brexit. Las operaciones de GSK en el Reino Unido se enfrentan a la incertidumbre relacionada con los cambios en las inversiones, los aranceles comerciales y la reestructuración constante. Los participantes aportaron información detallada sobre los retos que plantean la transparencia y la protección de los trabajadores.

En Bélgica, que en su día fue una de las bases más sólidas de GSK, continúan las reducciones de personal a medida que las funciones y la producción se desplazan hacia Estados Unidos. Los sindicatos hicieron hincapié en la necesidad de contratos estables y una distribución justa del trabajo, así como destacaron las crecientes presiones geopolíticas.

Desde Francia, los delegados compartieron su experiencia en la negociación de acuerdos unificados entre los distintos centros, en los que se garantizan la coherencia salarial y las medidas de igualdad de género y se utilizan fondos sociales para apoyar el bienestar de los trabajadores. Esto demuestra el valor de contar con sistemas de relaciones laborales sólidos y estructurados.

En Hungría, el sindicato explicó cómo su convenio colectivo garantiza protecciones sólidas, bonificaciones, pagos adicionales por trabajos difíciles y fondos culturales, pero también describió la inmensa presión generada por la reducción del personal y el aumento de las exigencias de producción en el marco del Modelo Operativo Estándar (SOM, por sus siglas en inglés).

Los representantes polacos destacaron la sólida cooperación entre los empleadores y los sindicatos en las actividades sociales, pero subrayaron la necesidad de proteger la representación democrática de los trabajadores y trabajadoras en el Comité de Empresa Europeo, garantizando especialmente que los representantes polacos sean elegidos por los trabajadores.

A medida que los intercambios se desplazaban hacia el este, los participantes destacaron cómo las desigualdades estructurales y los panoramas sindicales fragmentados agravan los retos a los que se enfrentan los trabajadores y trabajadoras.

Asia: fragmentación, desigualdad y el costo de la desunión

La situación en Pakistán ilustró por qué es indispensable una red mundial. Con cuatro convenios colectivos separados que debilitan la unidad de los trabajadores, mano de obra subcontratada, desigualdad entre los centros de trabajo, despidos masivos sin resolver que se remontan a 2014 y falta de fondos estatutarios, los participantes reconocieron que Pakistán es uno de los casos más urgentes que requieren apoyo internacional coordinado.

En Indonesia, los sindicatos describieron las consecuencias de la escisión de GSK-Haleon, que redujo drásticamente el número de afiliados y dejó solo a un puñado de trabajadores representando a GSK en el centro de Pulogadung. Los problemas salariales y las presiones de subcontratación siguen siendo preocupaciones clave que requieren una escalada global.

En toda Asia, los participantes hicieron hincapié en que el Modelo Operativo Estándar, implantado a nivel mundial, está creando riesgos para la seguridad, mayores cargas de trabajo y problemas operativos que deben abordarse con GSK a nivel mundial.

América Latina: subcontratación e igualdad de género

Los delegados brasileños informaron del aumento del uso de la subcontratación, ya que las principales empresas farmacéuticas, incluida GSK, están trasladando la producción a instalaciones de terceros. Las iniciativas en materia de igualdad de género están avanzando gracias a los requisitos gubernamentales, aunque las tendencias de reestructuración reflejan las de Europa.

América del Norte: negociaciones bajo amenaza

En Canadá, los representantes del sindicato CUPE describieron las difíciles negociaciones en el contexto de una reestructuración del 15 % impulsada por GSK. A pesar de ser un importante productor de vacunas contra la gripe y de emplear a cientos de personas altamente cualificadas, la planta se enfrenta a constantes amenazas de cierre y a presiones para ceder en materia de salarios y derechos de antigüedad. La falta de transparencia por parte de la dirección fue un tema recurrente.

Las operaciones en Estados Unidos también se mencionaron en el debate general, y los delegados señalaron la enorme expansión de la empresa en este país, por valor de 30 000 millones de dólares, y sus consecuencias para la seguridad en el empleo en otras regiones.

Una visión compartida: del aislamiento al poder colectivo

Todas las regiones, a pesar de las diferentes realidades, expresaron el mismo mensaje: los trabajadores y trabajadoras de GSK se necesitan mutuamente.

Julie Blondeel, coordinadora del CEE de GSK, celebró la creación de un espacio en el que finalmente se pueden compartir experiencias, estrategias y soluciones más allá de las fronteras. Concluyó diciendo que:

“La dirección es global. La reestructuración es global. Nuestra solidaridad también debe ser global”.

Construyendo el futuro: los próximos pasos de la red

Tras un debate colectivo, los sindicatos acordaron una serie de prioridades concretas que guiarán la siguiente fase de la red.

La red sindical mundial de GSK de IndustriALL:

Iniciará conversaciones con GSK para establecer un comité de empresa sindical mundial, como parte de una estrategia global integral de relaciones laborales.

Buscará el diálogo sobre casos urgentes, entre los que se incluyen:

  • La fragmentación sindical y los despidos sin resolver en Pakistán.
  • La externalización y la subcontratación en distintos países.
  • Los problemas de seguridad y la carga de trabajo. 
  • Las problemáticas salariales en Indonesia.
  • Los retos de la fabricación externa. 

Presentará una solicitud de información detallada a GSK que abarque datos sobre la plantilla, la estrategia y los resultados por países.

Promoverá la salud y la seguridad en el trabajo como pilar central de la agenda mundial.

Expresará su solidaridad activa con la campaña de Unia para defender 700 puestos de trabajo en Novartis, y los participantes firmarán una petición de solidaridad y se comprometerán a seguir prestando su apoyo.

“Esto es solo el comienzo”, 

concluyó Tom Grinter.

“Durante demasiado tiempo, los trabajadores y trabajadoras de GSK han afrontado retos globales con herramientas locales. Hoy decidimos construir algo más grande, algo que nos pertenezca a todos y todas. No solo estamos reaccionando al cambio, estamos dando forma al futuro”.

Un nuevo capítulo para los trabajadores y trabajadoras de GSK en todo el mundo

La reunión de París fue más que un simple encuentro, fue la base de un nuevo movimiento global dentro de GSK. Los participantes se marcharon con la convicción compartida de que la solidaridad transfronteriza es la protección más sólida contra la reestructuración, la externalización y la inseguridad.

Como dijo uno de los participantes al finalizar la reunión:

“Llegamos como sindicatos separados. Nos vamos como una voz global”.