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Sindicalista malgache busca justicia

13 julio, 2023El sindicalista malgache Zotiakobanjinina Fanja Marcel Sento Chang, de 26 años de edad, recuerda vívidamente los acontecimientos que llevaron a su injusto encarcelamiento durante nueve meses. Todo comenzó con una publicación que realizó en las redes sociales sobre lo discutido en una reunión con la dirección de la fábrica de prendas de vestir E-Toile SA, ubicada en Antananarivo, donde trabajaba como maquinista.

 

En una entrevista con IndustriALL Global Union, comentó:

“El 27 de agosto de 2022, mientras estaba de vacaciones, la gendarmería vino a buscarme a mi antigua dirección. Como no pudieron encontrarme, fueron a la fábrica y consiguieron mi número de teléfono a través de mis compañeros de trabajo. Entonces, recibí un mensaje de texto instándome a presentarme en la estación de policía más cercana. Al día siguiente, cuando lo hice, me informaron que había divulgado información confidencial sobre E-Toile en las redes sociales y me arrestaron.

Había publicado los resultados de las elecciones del representante del personal, las respuestas de la dirección a las quejas de los trabajadores sobre los alimentos de mala calidad proporcionados por el empleador, la existencia de capacitación proporcionada al personal y a los representantes sindicales por parte de la autoridad de inspección laboral, y las preocupaciones del personal acerca de horas extras no remuneradas”.

Sento había participado en la reunión en calidad de representante sindical adjunto de SVS, organización afiliada a IndustriALL. El juicio, que tuvo lugar el 1 de septiembre, resultó en una condena de 12 meses de prisión y una multa de MGA 400.000, que nunca pagó. Después de cumplir nueve meses, se le otorgó un indulto presidencial de tres meses.

“Aunque apelé contra la condena y la sentencia por violar la información confidencial, recién me concedieron la apelación después de la sentencia de prisión”.

La cárcel de Antanimora, en Antananarivo, donde cumplió la condena, se considera una de las peores del mundo, ya que se encuentra superpoblada y en un estado deplorable según los organismos de la ONU.

Zotiakobanjinina Fanja Marcel Sento Chang (26 años)

“La vida en prisión fue difícil. Las celdas se abrían a las 6 de la mañana. Los guardias penitenciarios contaban a los reclusos y los entregaban a los que se hacían cargo del siguiente turno. Estaba en una celda con más de 130 personas, y los números seguían aumentando a medida que llegaban nuevos reclusos todos los días. Dormíamos en camas improvisadas de tablones con capacidad para hasta tres reclusos, y solo se servía una comida al día, de yuca hervida, a las 3 de la tarde. A menos que tu familia te llevara comida extra, la mayor parte del tiempo te morías de hambre. A las 6 de la tarde estábamos de vuelta en las celdas”.

Con una familia joven, compuesta por su pareja, un niño pequeño y un bebé, Sento espera recuperar su antiguo trabajo.

“Quiero recuperar mi trabajo para poder mantener a mi familia”.

Su familia consiguió un abogado que lo representará durante el proceso de apelación.

“Quiero agradecer a IndustriALL, SVS y otras organizaciones por su apoyo durante mi encarcelamiento. Su apoyo me dio fuerzas y me hizo sentir que no estaba solo en la lucha sindical”.

Después de que SVS, la CSI e IndustriALL plantearan este caso ante la Conferencia Internacional del Trabajo, la Comisión de Expertos en Aplicación de Normas recomendó al Gobierno de Madagascar que “anulara inmediata e incondicionalmente la condena” de Sento y “se abstuviera de utilizar el derecho penal para atacar a los sindicatos”.

No obstante, el Grupo Alsico, empresa matriz de E-Toile S.A., sigue manteniendo que:

“No nos corresponde comentar las decisiones de los jueces ni comandar o presionar al poder judicial, ni nos corresponde comentar la ley malgache. Todos estamos luchando la misma batalla, cada uno a su nivel”.

El secretario general de IndustriALL, Atle Høie, declaró:

“Seguiremos luchando por que se haga justicia para Sento y para que se eliminen sus antecedentes penales. Los sindicalistas no son delincuentes, sino activistas que luchan por la libertad sindical, reconocida internacionalmente, y la protección de los derechos fundamentales en el trabajo”.