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Buenos puestos de trabajo y una Transición Justa hacia la tecnología eólica

16 junio, 2022El 7 de junio, la Confederación Sindical Internacional (CSI), LO Noruega e IndustriALL celebraron un segundo taller sobre tecnología eólica como parte de la Transición Justa y la iniciativa del sector energético. La iniciativa proporciona una plataforma para que los sindicatos de todo el mundo intercambien información sobre las tecnologías de transición energética, así como los empleos, las competencias, los mercados, las inversiones y las emisiones relacionados con ellas.

Los trabajadores desean buenos puestos de trabajo y una Transición Justa en el sector energético. Durante el taller, se analizó la tecnología eólica marina y terrestre, que los empleadores y los gobiernos ven como una vía potencial para que las empresas de gas y petróleo diversifiquen sus activos y reduzcan las emisiones. La información no siempre es fácil de obtener, pero los sindicatos quieren ver cuántos puestos de trabajo habrá, cuándo se crearán, qué tipo de empleos serán, qué tipo de competencias necesitarán los trabajadores para ocuparlos y a qué clase de transición se enfrentarán.

Para obtener un mejor panorama de lo que depara el futuro, los participantes analizaron las cadenas de valor del gas y el petróleo, así como la energía eólica marina y terrestre, y desglosaron ambas cadenas de valor en materia de producción, procesamiento, distribución y uso final (fases iniciales, intermedias y posteriores). 

Cadenas de valor del gas y el petróleo y la tecnología eólica

Según Michael Brenner, de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), el sector eólico emplea a aproximadamente 1,3 millones de trabajadores en todo el mundo y se encuentra entre las cinco mejores tecnologías renovables en términos de mano de obra.

“El equilibrio de género es bastante deficiente en el sector, principalmente debido al acceso a la educación, las prácticas de contratación, las políticas discriminatorias en el lugar de trabajo y la falta de flexibilidad”,

señaló Brenner.

“Esto es un indicio de que los sindicatos deben trabajar en las políticas públicas en materia de igualdad de género y en la incorporación de los jóvenes en estos sectores emergentes”.

Brenner explicó que la creación de nuevas instalaciones impulsa el desarrollo de puestos de trabajo en el sector eólico, ya que a su vez genera empleos en la construcción, la fabricación y el diseño de proyectos. No obstante, el empleo a largo plazo está determinado por las instalaciones ya existentes, que crean puestos de trabajo en los sectores de operación y mantenimiento. Dado que la tecnología eólica no es tan nueva y que muchas instalaciones están llegando al final de su vida útil, las actividades de desmantelamiento y reciclado de turbinas eólicas antiguas también plantean oportunidades de empleo.

En algunos países, la planificación territorial restrictiva y otras políticas dificultan la introducción de la tecnología eólica. El largo proceso de obtención de permisos para la creación de nuevos parques eólicos tiene una gran influencia en el desarrollo de la tecnología y, en muchos países, se necesita una política industrial estratégica. 

En el Reino Unido, la atención se ha centrado en la reducción de los costos, en particular de los costos laborales. La producción de componentes se terceriza y algunas de las tripulaciones de los buques en alta mar utilizan mano de obra barata procedente del extranjero. Las inversiones en bienes de capital impulsan los empleos en la cadena de suministro y la construcción. Un estudio reciente demostró que solo el 29 por ciento de las inversiones en bienes de capital en proyectos de energía eólica marina del Reino Unido se realizan dentro del país. Si se incluye el costo de desarrollo, mantenimiento y operaciones, esta cifra se eleva al 48 por ciento.

En comparación, Dinamarca, un país mucho más pequeño, tiene una cadena de suministro nacional mucho más completa y es el hogar de los principales fabricantes de turbinas, tales como Vestas. Se estima que las empresas danesas tienen un 40 por ciento del mercado europeo marino, principalmente en operaciones y mantenimiento, pero también en instalaciones. La cantidad de puestos de trabajo que las empresas danesas pueden crear, tanto dentro como fuera de Dinamarca, es considerable. 

Ole Philipsen, de Dansk Metal, presentó el modelo danés, en el que una mano de obra altamente sindicalizada logró garantizar puestos de trabajo de calidad en el sector eólico. Esto demuestra que los sindicatos son cruciales para lograr que los trabajadores obtengan buenos empleos en la transición.

El impacto de la fabricación de equipos para la industria es un factor importante que afecta el lugar donde se crean los puestos de trabajo, ya que determina la capacidad de un país para establecer una cadena de suministro nacional fuerte, así como su posibilidad de implementar, modernizar y actualizar las redes eléctricas para alimentarlas con electricidad eólica.

En Noruega, empleadores, gobiernos y sindicatos desarrollarán once instalaciones eólicas marinas flotantes en conjunto. Estas serán las primeras instalaciones eólicas flotantes que alimentarán plataformas de gas y petróleo en alta mar. Como las emisiones de la producción de gas y petróleo representan una cuarta parte de las emisiones noruegas de CO2, era importante que el país electrificara esas plataformas. 

“Los sindicatos han establecido objetivos claros para el desarrollo del sector: las condiciones de trabajo noruegas, las condiciones de trabajo seguras y la prevención y la seguridad”,

expresó Ane-Beth Skrede de LO Noruega.

Manuel Riera, de la UGT en España, informó que, en vista del potencial para la tecnología eólica en el país, la UGT y la CCOO elaboraron un manifiesto en el que involucraron a empresas del sector, puertos y astilleros en la cadena de valor, universidades e instituciones de investigación. Esta declaración es un intento de prepararse de cara a la tecnología eólica emergente. Los sindicatos quieren estar preparados y asegurarse de que los trabajadores y las comunidades formarán parte de la discusión. 

Lebogang Mulaisi, del COSATU, informó que Sudáfrica depende en gran medida del petróleo, el gas y el carbón para obtener energía, pero existe una carrera por obtener energía limpia. Hay potencial para desarrollar la energía eólica y sindicalizar a los trabajadores de este nuevo sector. 

“En Sudáfrica se está experimentando con la tecnología eólica, pero los estudios muestran resultados contradictorios. No obstante, existe la esperanza de que esta tecnología genere muchos puestos de trabajo, especialmente si hay fabricación local. Nuestro reclamo es que sea de propiedad pública y de los trabajadores, incluso a través de cooperativas de trabajo”,

concluyó Mulaisi.

Los informes nacionales ofrecieron un panorama general de cómo se están desarrollando las tecnologías en cada país y hasta qué punto los sindicatos pueden ser parte de la transición. Si bien los desafíos son diferentes a nivel regional, los participantes aprovecharon los ejemplos brindados para prepararse mejor para el futuro.

Más adelante este año, se celebrarán otros dos talleres sobre tecnologías de transición energética: 

  • Captura y almacenamiento de carbono
  • Baterías, energía solar y fotovoltaica

Puede encontrar el informe de la reunión del taller sobre el hidrógeno aquí: Buenos puestos de trabajo y una Transición Justa hacia el hidrógeno