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Trabajadores/as despedidos de Yves Rocher llevan sus reclamos a Ginebra y París

20 septiembre, 2018Una delegación de sindicalistas y trabajadores/as despedidos de la fábrica de Yves Rocher en Flormar, Turquía, visitó la OIT en Ginebra y las oficinas de la empresa en París.

Después de 128 días de su campaña de resistencia, la mencionada delegación sindical realizó una protesta frente a una tienda de Yves Rocher en el centro de Ginebra, donde se unieron a ellos representantes de sindicatos mundiales y locales, ONG y partidos políticos de la oposición turca. Después de la manifestación, se celebró una reunión en la OIT para destacar la violación del Convenio 87 sobre el derecho a la libertad de asociación sindical.

Al día siguiente, la delegación viajó a las oficinas de la compañía en París, donde la FCE-CFDT (organización francesa afiliada a IndustriALL Global Union) se unió a ellos para continuar la manifestación. Llevaron una petición de SumOfUs firmada por 124.256 personas.

Después de esta protesta, un representante de la compañía se reunió con la delegación de trabajadores/as donde le informaron sobre la cronología de los hechos y de las violaciones de los derechos laborales. Un factor de mucha preocupación para la delegación fue que la filial turca no hubiera informado con exactitud sobre los hechos.

Hablando en la OIT, el Secretario General de Petrol-İş, Ahmet Kabaca, explicó que la fábrica de Flormar cuenta con aproximadamente 400 empleados directos. El sindicato comenzó su campaña de afiliación a principios de 2018, y en marzo ya tenía la mayoría legalmente requerida, por lo cual pudo solicitar reconocimiento al Ministerio de Trabajo. Esto fue otorgado el 3 de abril, reconociendo oficialmente a Petrol-İş como interlocutor en la negociación colectiva.

Después que la administración de Flormar recibiera información al respecto del Ministerio, la empresa decidió despedir inmediatamente a 18 personas.

Süleyman Akyüz, Presidente de la seccional de Gebze, señaló ya se ha despedido a 132 trabajadores y trabajadoras. Además, los han colocado en una lista negra, de tal manera que no pueden encontrar ningún trabajo en esa zona. Sin embargo, los trabajadores/as reciben un salario del fondo de huelga, así como donaciones de la población local.

Akyüz  señaló: “Esta lucha sienta un precedente. Un triunfo en Flormar sería un triunfo para la clase trabajadora. Si se fracasa, la sindicalización sería más difícil a futuro”.

İlknur Arslan hands out leaflets

Uno de los trabajadores/as despedidos, el maquinista İlknur Arslan, explicó lo siguiente:

“Me afilié al sindicato porque después de trabajar por ocho años en Flormar, mi salario apenas supera el salario mínimo. Es mi derecho constitucional afiliarme a un sindicato.

“Cuando la administración despidió al primer grupo de sindicalistas, otros trabajadores y trabajadoras los aplaudieron. Estos fueron despedidos también. Yo estaba trabajando en el turno de noche. No tomamos ninguna medida durante el turno de trabajo, pero al final del turno nos dirigimos al piquete para manifestar nuestra solidaridad.

“Nos despidieron, sin indemnización, porque la compañía dijo que nos 'habíamos unido a una manifestación ilegal'. Desde ese entonces hemos estado en el piquete”.

Otra trabajadora despedida, Ayşe Güley Kahveci, que fabrica rímel, dijo que la empresa acosa severamente a toda persona que demuestre apoyo al sindicato. La administración le dijo:

“Nunca vamos a aceptar al sindicato. Deberías abandonar ese sueño”.

Por su parte, İsmail Balıkçı, supervisor de producción, señaló:

“El gerente de la planta me ofreció duplicar mi salario si dejaba el sindicato. Dijo que el propietario incendiaría la fábrica y trasladaría la producción a Bulgaria antes de aceptar un sindicato.

“La compañía está usando esquiroles. La salud y seguridad han empeorado drásticamente, al igual que la calidad de la producción. Muchos productos defectuosos han sido destruidos. Me llamaron para preguntarme cómo arreglar las cosas. Dije que mi condición para ayudar es que todos regresemos y que reconozcan al sindicato”.

Ante esta grave situación, Valter Sanches, Secretario General de IndustriALL, afirmó:

“Turquía es uno de los peores países en cuanto a violación de los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Es cuestión de gran preocupación ver que multinacionales con buenas relaciones sindicales en sus países de origen se comporten de esta manera en Turquía.

“Preferimos resolver las cosas de manera pacífica. La compañía no acepta hacer las cosas de esta manera, así que vamos a emprender la lucha. Ustedes cuentan con todo el respaldo de IndustriALL”.

¡Ha llegado el momento de actuar!