Jump to main content
IndustriALL logotype

La crisis energética: ¿es una oportunidad para que los sindicatos logren más rápidamente una Transición Justa para los trabajadores/as?

22 noviembre, 2022

Informe

Del nº2 de Global Worker

Noviembre de 2022

  

País: Global

Tema: Transición justa y el sector de la energía

Texto: Cherisse Gasana

¿Por qué es ahora el momento apropiado para una Transición Justa en el sector de la energía?

El sector de la energía desempeña un papel fundamental en las economías nacionales, regionales y mundiales. En el pasado, las empresas energéticas nacionales e internacionales emplearon a millones de trabajadores/as sindicalizados. Asimismo, los ingresos provenientes de este sector son esenciales para los presupuestos nacionales. 

Los conflictos geopolíticos, la inestabilidad cada vez mayor, la competencia estratégica y las amenazas a la seguridad han hecho que algunos países vuelvan a evaluar sus sistemas energéticos, tomando medidas que van desde la importación de combustibles fósiles hasta la aceleración del desarrollo de la energía limpia, en todas sus formas. La seguridad energética es un asunto crítico que, junto con los problemas climáticos, está acelerando las medidas para desarrollar energía limpia con cadenas de suministro seguras e implementadas a nivel nacional. 

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el sector de la energía emplea a unos 65 millones de personas en todo el mundo (equivalente a aproximadamente un 2% de la fuerza de trabajo formal a nivel mundial) en: 

  • combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas)
  • el sector eléctrico (redes, transmisión, generadores)
  • su destino final (equipos, edificios, vehículos)

Aunque la energía limpia promueve el crecimiento del empleo, en algunos sectores y regiones se está registrando un grave nivel de pérdida de puestos de trabajo. Se necesita mucha inversión para procurar una buena transición. El aumento rápido del empleo también presenta riesgos: la ausencia de trabajadores/as calificados, aumenta la falta de habilidades, y, por otro lado, no se centra la atención debidamente en el trabajo decente.

Si bien se prevé que en una transición a la energía limpia aumentará significativamente el número de puestos de trabajo, ninguna tecnología o actividad de energía limpia va a involucrar tantos puestos de trabajo, ni tantos empleos de  alta calidad, como los que existen actualmente en el  sector del petróleo y gas. Si bien en el contexto actual los puestos de trabajo en los sectores del petróleo y gas figuran entre los mejores, hasta la fecha los trabajos en las nuevas empresas de energía limpia son frecuentemente de peor calidad que el empleo en el área de combustibles fósiles, y a esto se agrega que algunas empresas son anti-sindicales.

En 2022, la Confederación Sindical Internacional (CSI), LO Noruega e IndustriALL Global Union colaboraron sobre una iniciativa de los sindicatos mundiales para establecer una Transición Justa en el sector  de la energía. El propósito de esta iniciativa es procurar que el movimiento sindical tenga la información, las herramientas y los planes necesarios para lograr buenos puestos de trabajo y una Transición Justa para los trabajadores/as del sector de la energía. 

Esta iniciativa ofrece una plataforma donde los sindicatos de diferentes partes del mundo puedan intercambiar información, ejemplos y estrategias. Constituye una oportunidad para escuchar a los expertos en tecnologías renovables encaminadas a reemplazar y crear trabajos en el sector de la energía. También se ha explorado el potencial de un nuevo proceso tripartito encabezado por la ONU y centrado en una Transición Justa para el sector de la energía, comenzando con el petróleo y el gas.

En una Transición Justa, nadie queda atrás

La Transición Justa es un término acuñado por el movimiento sindical, que se refiere a la política que se requiere para proteger los derechos y medios de subsistencia de los trabajadores/as a medida que las economías vayan cambiando hacia una producción sostenible. El objetivo es que la transición sea lo más justa e inclusiva posible, creando oportunidades para trabajo decente, donde nadie quede atrás.

La pandemia y la crisis energética han convertido la Transición Justa en una de las prioridades más importantes, haciendo más urgente la necesidad de participación de los sindicatos antes de que las empresas empiecen a introducir cambios que solamente toman en cuenta los intereses de los gobiernos y del capital. 

Muchos países tienen proyectos de inversión en tecnologías para la transición a energía limpia, pero no hay ninguna garantía de que la implementación de estas tecnologías conserve ni que cree buenos puestos de trabajo. Las empresas invierten de manera unilateral en la transición energética, excluyendo a los trabajadores/as de este proceso, pero no invierten lo suficiente para lograr los compromisos que se establecieron en el Acuerdo de París.

“Los sindicatos consideran que hasta la fecha las empresas energéticas no han hecho el empeño necesario. La negociación colectiva, identificación de objetivos climáticos, e iniciativas comerciales responsables no han dado los resultados que se esperaban,”

señaló Diana Junquera Curiel, directora del sector energético y de Transición Justa de IndustriALL.

Vidas y medios de subsistencia en juego

¿Qué significa la Transición Justa para un ingeniero de refinería en EE.UU. que perderá su trabajo el próximo mes, porque la refinería va a cerrar?

¿Qué significa la Transición Justa para un ingeniero de extracción de gas en Dinamarca que acaba de enterarse de que se ha suspendido la última ronda de licencias de extracción de gas debido a los objetivos climáticos del gobierno?

Frecuentemente se afirma que los trabajadores/as en las industrias de combustibles fósiles se resisten a aceptar la energía limpia, sin embargo la causa de esa resistencia suele ser la incertidumbre sobre lo que pasará con los puestos de trabajo tradicionales en el sector energético. El cambio climático incide directamente en las comunidades y en los medios de vida de los trabajadores/as en esas comunidades. 

Las cadenas de suministro son clave en la Transición Justa

“Los sindicatos tienen que estar presentes sobre el terreno, a nivel nacional e internacional, para asegurar de que la Transición Justa se aborde no sólo en el hemisferio norte, sino en toda la cadena de suministro”,

afirmó Anne-Beth Skrede, asesora especial de LO Noruega.

Los sindicatos mundiales representan a los trabajadores/as a lo largo de la cadena de suministro. Para incorporar la capacidad de adaptación en las cadenas de suministro, es imprescindible la participación de los trabajadores/as, especialmente para no excluir a nadie.

Las tecnologías de la energía limpia promueven crecimiento del empleo

En cuanto a puestos de trabajo e ingresos, no hay ningún sector individual que pueda ofrecer lo mismo que la industria del petróleo y gas. Los sindicatos consideran muchas tecnologías diferentes para determinar adonde se trasladan los puestos de trabajo. La iniciativa Transición Justa y el Sector de la Energía se centró específicamente en los siguientes sectores:

Al desglosar las cadenas de valor en la producción, el procesamiento, la distribución y el uso final (fases iniciales, intermedias y posteriores), se ve con más claridad dónde se encuentran los puestos de trabajo y dónde hay un futuro para los trabajadores/as en tecnologías de energía renovable.

Los trabajadores/as que laboran en la extracción de combustibles fósiles son muy calificados, con habilidades que se pueden aplicar a los sectores de energía renovable que están en vías de expansión. Esto es muy relevante en cuanto al petróleo y gas, donde existe la posibilidad de transferencia, con potencial real que los sindicatos pueden aprovechar.

Una Transición Justa inclusiva y transformadora en materia de género

Una Transición Justa inclusiva y transformadora en materia de género En el sector de energía renovable, hay poco equilibrio de género, ya que las mujeres constituyen solamente un 30% de la fuerza de trabajo debido a los estereotipos de género, la falta de acceso a los puestos de trabajo, la educación, las prácticas de contratación, las políticas discriminatorias en el lugar de trabajo y la falta de equilibrio entre la vida laboral y personal. Las estrategias y programas que abordan las consecuencias del cambio climático deben incluir la participación, la experiencia, y las opiniones de las mujeres.

Los sindicatos deben abordar normas culturales y sociales, así como los obstáculos estructurales que impiden la igualdad de género. La brecha salarial de género y subvaloración del trabajo de la mujer son temas que todavía faltan en las conversaciones sobre Transición Justa.

Los sindicatos deben empoderarse y desarrollar alianzas con la sociedad civil: organizaciones feministas, juveniles, comunitarias, racializadas, indígenas y ambientales. Los sindicatos deben procurar que sus estructuras ofrezcan representación a toda la fuerza de trabajo que representan, no solamente a los trabajadores varones. Todos los trabajadores y trabajadoras deben gozar de igualdad de oportunidades y de trato. También deben defender los derechos de las comunidades de las que forman parte, integrándolas en la planificación de una Transición Justa.

¿Cuáles son las características de una exitosa Transición Justa para los trabajadores/as? Los sindicatos deben preguntarse si un resultado exitoso sólo beneficia a los trabajadores varones. ¿Se ha tomado en cuenta a las mujeres, que son desproporcionadamente subrepresentadas en sectores dominados por hombres, como así sucede en el sector energético? ¿Qué pasa con los trabajadores/as racializados o indígenas que están sobrerrepresentados en el trabajo precario y subcontratado? 

““Los puestos de trabajo en energía limpia son para todos. En la próxima etapa de la iniciativa Transición Justa se piensa poner mayor énfasis en cuestiones de justicia de género y racial, investigando qué  puede hacer el movimiento sindical para procurar que un mayor número de mujeres y trabajadores/as jóvenes y racializados puedan conseguir buenos puestos de trabajo en el sector de la energía limpia, y, lo que es muy importante, para que éstos se afilien a los sindicatos”,

dijo la directora del Centro de Transición Justa de la CSI, Samantha Smith.

¡La Transición Justa necesita que los sindicatos participen en las negociaciones!

Los sindicatos del sector energético y las confederaciones nacionales se han movilizado en torno al tema de los puestos de trabajo de buena calidad y la Transición Justa. Debido a la descarbonización, los miembros sindicales han visto cambios y pérdidas de los puestos de trabajo, así como nuevas oportunidades para actividades de sindicalización. 

Buenos ejemplos de una Transición Justa suelen hallarse en aquellos países con alto nivel de afiliación sindical, donde los sindicatos han participado desde el comienzo del proceso de transición. Por lo tanto, los sindicatos deben estar bien preparados al respecto. Para que la Transición Justa sea un éxito para todos los trabajadores/as, la inclusividad es de importancia clave, aprovechando la oportunidad para sindicalizar los nuevos puestos de trabajo que trae la transición.

A nivel mundial, varían los desafíos que enfrenta la fuerza de trabajo, con brechas significativas en cuanto a la capacidad industrial de diferentes países al emprender el camino hacia la transición. El panorama de la Transición Justa es complejo y confuso, y no hay ningún modelo que sirva para todos.

Aunque en muchos casos los conocimientos especializados que se requieren para trabajos en el sector del petróleo y gas se pueden transferir a trabajos en el sector de energía limpia, esto no es siempre el caso. La transición va a requerir capacitación y recapacitación. Asimismo, las nuevas tecnologías como el hidrógeno presentan nuevos problemas de salud y seguridad que necesitan nuevas habilidades y reglamentos. Incluso en las tecnologías más antiguas, como los paneles solares, se necesita poner mayor énfasis en la capacitación y la salud y seguridad en el trabajo, ya que en la actualidad no se presta suficiente atención a riesgos como las caídas y el alto voltaje.  

Hay trabajadores y trabajadoras en todas partes de las cadenas de suministro: si se cuenta con sindicatos y trabajadores/as sindicalizados se va a procurar justicia en esta transición

La energía renovable ha obligado a las empresas a transformar sus operaciones y cadenas de suministro para satisfacer la demanda actual, sin precedentes, de energía limpia. Sin embargo, la cadena de suministro del sector de energía renovable, especialmente de energía solar, eólica y de baterías, enfrenta críticas por violaciones de los derechos humanos. Como respuesta, la legislación se desarrolla rápidamente.

Las empresas tienen un papel importante que desempeñar en la Transición Justa: ya no pueden hacer cambios superficiales, tienen el deber de hacer un empeño auténtico para lograr los objetivos de sostenibilidad, no solamente cambios cosméticos para satisfacer en papel los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).

La debida diligencia se trata a nivel nacional e internacional, desde la propuesta Directiva de la Comisión Europea sobre Debida Diligencia Empresarial Sostenible, y los debates sobre un tratado de la ONU sobre empresas y derechos humanos, hasta la guía del Consejo de Sindicatos de Trabajadores Metalúrgicos de Japón (JCM) sobre el papel y las respuestas de los sindicatos con relación a la diligencia debida en materia de derechos humanos, que se ha presentado al Viceministro en el Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI).

La más avanzada iniciativa de diligencia debida que se ha visto hasta ahora es la legislación de Alemania sobre las cadenas de suministro, la Lieferkettengesetz. En los tribunales alemanes, a partir del 1 de enero de 2023, los trabajadores/as y sus defensores podrán demandar a empresas alemanas por infracciones ambientales y de los derechos humanos, incluyendo violación de los derechos laborales.

Una Transición Justa exitosa incluye asumir responsabilidad por las cadenas de suministro, donde será fundamental la legislación sobre diligencia debida respecto a los derechos humanos. Los trabajadores/as deben participar para procurar que la diligencia debida cumpla con lo que se espera.

Los acuerdos sobre Transición Justa entre sindicatos y empresas, encabezados por la ONU, podrán potencialmente conseguir y hacer cumplir convenios sobre puestos de trabajo decentes y la Transición Justa que se puedan establecer entre las empresas de petróleo y gas y los sindicatos. Si estos acuerdos resultaran exitosos, los sindicatos mundiales piensan extender el proceso para que abarque otras empresas energéticas e industriales.  

Estos avances han creado una oportunidad para que los sindicatos desarrollen el sistema de negociación en que vamos a participar.

Es probable que haya consecuencias para las empresas si no implementan las medidas de diligencia debida a lo largo de sus cadenas de suministro, especialmente en los sectores de energía renovable, ya que los inversores, clientes e instituciones financieras están desarrollando normas relacionadas con los derechos humanos para ser aplicadas a todas las entidades con que tienen relaciones comerciales.

La iniciativa conjunta entre la CSI, LO Noruega e IndustriALL se ha producido en un momento importante en que los sindicatos deben recuperar la Transición Justa. No hay que dejar que el capital se adueñe de la Transición Justa como herramienta para satisfacer en papel los criterios ESG. La Transición Justa pertenece a nosotros, y para lograrla tenemos que participar en las negociaciones en todos los niveles porque hay trabajadores y trabajadoras en todas partes de las cadenas de suministro.

Resumen de lo que está sucediendo a nivel mundial en torno a la Transición Justa

En EE.UU., la Ley sobre Reducción de la Inflación (IRA) tiene como objetivo crear puestos de trabajo en el sector de la energía limpia, promover la inversión en la energía renovable, estimular el sector de la manufactura y bajar los costos de la atención médica.  Se prevé que esta ley creará 1,5 millones de puestos de trabajo en los sectores de la construcción y manufactura. Hay cierta preocupación en cuanto a la transición en sí. Todavía no hay disposiciones que cubran a los trabajadores/as de los sectores de combustibles fósiles; esa nueva ley tiene algunas limitaciones, y los sindicatos seguirán luchando por aquellos trabajadores/as.En Dinamarca, la fuerza de trabajo tiene un alto nivel de sindicalización, y ha logrado crear puestos de trabajo de buena calidad en el sector de la energía eólica. El impacto de la fabricación de equipos para la industria es un factor importante que afecta el lugar donde se crean los puestos de trabajo, ya que determina la capacidad de un país para establecer una cadena de suministro nacional fuerte, así como implementar, modernizar y actualizar las redes eléctricas para conducir la electricidad eólica.
En Noruega, empleadores, gobiernos y sindicatos desarrollarán en conjunto once instalaciones eólicas marinas flotantes. Estas serán las primeras instalaciones eólicas flotantes que alimentarán plataformas de gas y petróleo en alta mar. Como las emisiones de la producción de gas y petróleo representan una cuarta parte de las emisiones de CO2 en Noruega, era importante que esas plataformas se electrificaran. En España, la estrategia de Transición Justa para el sector energético forma parte de un programa de descarbonización más general para toda la economía. El diálogo social es un elemento importante en este proceso, que cuenta con fuerte participación de los sindicatos. Los sindicatos señalan que el inicio de este proceso fue complejo pero positivo, comenzando con la eliminación gradual del carbón, y un aumento rápido de la energía renovable; en 2021 se extendió el proceso para incluir la prohibición de nuevas exploraciones petrolíferas y de gas.
En Brasil, a partir de 2021 han aumentado los precios y la demanda en el sector fotovoltaico, que ha creado unos 151.000 puestos de trabajo, de los cuales un 43% no están en Brasil. Estos empleos se dan principalmente en la construcción, y suelen registrar condiciones de trabajo precarias y de bajos sueldos en Brasil. La transición energética en Brasil se encuentra en una etapa crucial. Los resultados de las elecciones presidenciales afectarán significativamente la vía del país hacia una Transición Justa.

En Sudáfrica, los sindicatos han desarrollado un Plan de Transición Justa para los Trabajadores/as en la cadena de valor del carbón, la agricultura, y el transporte. El Plan ofrece políticas, negociación colectiva, y otras herramientas para los sindicatos, con el fin de procurar que los trabajadores y trabajadoras puedan conducir el programa de transformación radical de la economía. Después de anuncios recientes del gobierno, se está debatiendo cómo será el panorama futuro de fuentes de energía de Sudáfrica. Se van a conocer más sistemas de energía renovable, y es posible que aumente el papel del gas natural.   

El Japón cuenta con planes ambiciosos para abordar el cambio climático. Existe una importante colaboración entre los sindicatos y el gobierno. En la situación actual de dificultades con el suministro de energía eléctrica y los altos precios del gas natural, el gobierno y los sindicatos consideran que la energía tanto solar como nuclear pueden ser de utilidad. Para conservar la seguridad del suministro, el gobierno del Japón está buscando proveedores de gas natural.En Colombia, el sector minero ha vivido una época problemática para el país. Glencore, por ejemplo, aprovechó la reglamentación gubernamental menos estricta para despedir trabajadores/as. La fuerza de trabajo quiere avanzar hacia la energía limpia. Con el nuevo gobierno que se eligió recientemente, los sindicatos creen que pueden progresar en cuanto a una Transición Justa, no sólo en el sector energético, sino también en otros sectores, como la agricultura.
En Irak, la inversión y los planes de transición se han paralizado debido a la inestabilidad del país. Hay oportunidades para la energía renovable en Irak, sin embargo hay combustión de gases en todo el país. Los sindicatos deben estudiar el panorama mundial para identificar dónde invierten las empresas multinacionales. Por ejemplo, la empresa alemana Siemens ha firmado un acuerdo con el gobierno de Irak para producir hidrógeno en ese país. IndustriALL tiene un Acuerdo Marco Global con Siemens que puede dar poder a los sindicatos para exigir la participación de los trabajadores/as en el proceso de transición.En 2020, el gobierno de Alemania diseñó una estrategia para el hidrógeno, con el fin de establecer fuerte colaboración entre las partes del sector energético en todo el mundo, sin embargo, esa estrategia se vio dominada por detalles técnicos, sin una perspectiva obrera. Con la participación de sindicalistas, miembros del comité de empresa y expertos en cadenas de valores, DGB ha producido su propia bibliografía sobre la materia. Realizaron entrevistas con 20 expertos y elaboraron un informe al respecto: “Exigencias de los sindicatos para la economía del hidrógeno – hacia una fuerza de trabajo preparada para el H2”.
En Nigeria, los sindicatos participan en un proceso de diálogo social tripartito sobre el cumplimiento de los compromisos del país con los objetivos climáticos de la ONU, pero se necesita hacer más, sobre todo con relación a las medidas que los sindicatos pueden tomar en forma colectiva para lograr participación en las negociaciones. El gobierno sigue haciendo grandes inversiones en la exploración de petróleo y gas. Las exportaciones de petróleo y gas representan un 65% de los ingresos nacionales de Nigeria. Aunque los puestos de trabajo en el sector del petróleo representan menos de un 5% del empleo directo, son las mejores fuentes de trabajo del país.Indonesia tiene planes para alcanzar el nivel cero de emisiones, eliminando poco a poco, para 2060, la energía basada en el carbón. Sin embargo, los sindicatos están preocupados porque no existe ningún plan respecto a cómo alcanzar estos objetivos, ni lo que significan para los 1,2 millones de trabajadores/as que  actualmente laboran en la minería del carbón. Los sindicatos quieren tener un diálogo social tripartito para conformar este plan, y que en ese foro se estudie también el futuro de los sectores del petróleo y del gas natural. Los sindicatos han centrado su atención en la capacitación y mejoramiento de habilidades para preparar a los trabajadores/as. Es de importancia fundamental que esto incluya incorporar en los convenios colectivos la terminología de la Transición Justa y educar sobre el cambio climático.